Continuo momento

poemas por Antonio Alfeca

1

Cierta vez oí decir, en algún libro quizá,
que todavía es siempre.
Llenarse de nubes y paisajes que tan fugazmente pasan
es lo que viene, premonición, profecía,
la sombra instante del placer,
la ventana del deslumbrante temor acariciada.

Y tú podrías hacerte enormemente sin compañía
respirando en la cumbre los filones más sutiles del aire;
podrías ser enciclopédicamente sensible,
hablar como sabemos que las piedras hacen,
beber todos los amaneceres desde los orígenes hasta la fecha de hoy
y, por último, convertir un cuásar en peces de colores.

Pero ahora es un cieno que grita y rechina,
los dedos hechos soplo, una herrumbre que fluye
donde entre sí conversan los destinos
para infligir la vida:
ahora es un no eternamente.

2

Un segundo es la razón de todas las madejas, de todos los telares,
la razón de entrar el furtivo fruto en su sazón,
la razón de tomarlo, de ciegamente morderlo,
de acariciar su pulpa su propio escondido ser, tan inútilmente verdadero,
justamente allí, en ese mismo segundo que le niega.

En ese segundo la anciana gira en su rueca, se columpia en la lanzadera,
se disuelve en la tierra, esa tierra que se retuerce y contorsiona
como un ave de perfil eternizado, como un llanto que irremisiblemente acaba,
como un llanto muy parecido al recuerdo, recuerdo de otros llantos.

Recuerdo, alquitara en que se confunden, por lo sentido, los colores,
las glorias nítidas de moradas primeras, los abruptos escalofríos y sus prados,
los rostros a contraluz, más difusos que sus gestos,
y los cuerpos como hojas sin aliento, y su tapiz de sangre difuminada.

No.
Ese instante que basta para casi no respirar, para casi no oír reflejos,
ese instante en que te roza un embrión cerrado, el plumón de una nube,
instante de instantánea, ambiguo versicolor
de inciertos contornos cortantes,
se busca, se mira, se distrae,
se le parten las aguas en trizos,
se salta, alta, una letra,
y del dado hace el más agudo deseo,
el milímetro afilado, el veloz segundo enloquecido
que no conoció la meta.

3

Pasan los linderos, las estacas con torcidas de hielo gris y desgarro mudo, omitido,
el punto y coma de mediodías como reclutas;
las barras separadoras de los distintos cienos pasan,
las sedes de la arena acotada,
las leyes de la dodeca-agonía;
los narvales, es decir, los unicornios.
Con parpadeos clavas estatuas de cera y olores de lirios
que te pueblan y te consagran
mar detenido en sordos empujones.
Las ondas se tensan plácidamente, como gotas
de aceite que se olvidan,
como gotas que funden o desgarran o demuelen
y reducen la verdad del primer sinsentido.
Y tú estás impresente en tu tromba, en tu líquido disparo,
lo que parece desdibujarse meta,
y doblas el rincón de tu centro como un pulso
y entras por la fugaz galería
de acuarelas para ciegos.


4

Con la ceguera cierta del disiparse las cosas
y todo lo que es como las cosas;
rodeado de la neblina, de esa neblina
apegotonada, hecha grumos a capricho,
algunos con el filo cortante de las mentiras,
algunos con la esquiva y vaporosa sensación que, al cabo
ciertamente los delata y exhibe,
te preguntas: ¿dónde voy yo, menos que un boje,
boje menguado, vegetal de vegetal,
fugaz esperanza del páramo, muerte de los soles en que él se miraba?
Sin rastro de certeza en los puertos, en los broches
o en los verdes cementerios de la sonrisa,
azarosamente tu bruma mira
y se deslee y se deshace, y tú en ella,
y en ella tu vuelo o mar de leña
desérticamente vasto.
Tu siempre penúltimo horizonte,
tu isla infinita buscas.



________

Antonio AlfecaANTONIO ALFECA (pseudónimo literario de Antonio A. Rodríguez) nace en Linares (Jaén, España) en 1968. Allí difunde algunos de sus primeros poemas a través del Diario Jaén y de la hoy desaparecida Radio Linares EAJ 37. Licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Sevilla (1991), ha colaborado en diversas revistas literarias (Esmeralda, Tempestas, Le Due Sicilie, El Celador, El Crepúsculo de las Bacantes, Minos). Ha sido participante y organizador de recitales poéticos en varios lugares de Sevilla, de los que cabe destacar los realizados en la Delegación Territorial en Andalucía de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos) entre el 2000 y el 2002, ambos años inclusive. Aun con una considerable producción poética sólo ha publicado dos de sus obras: Poemas para nunca (Sevilla, Ediciones Jamais, 1999, dentro del volumen Nuevos Autores de la Poesía Española / 2), y Definitiva nube (Sevilla, Padilla Libros & Editores, 2001). Fue colaborador directo del portal Web Poética (www.webpoetica.com/antonio.htm) y director del programa de radio En sentido amplio, emitido durante el 2001 dentro del citado portal de Internet. Forma parte de la tertulia del programa De la Giralda al mundo y es conductor del programa humorístico-esotérico La tarde es bruja, ambos en Radio Giralda de Sevilla (88.5 FM).

Actualmente es el coordinador y realizador de Mar de Poesías.



ILUSTRACIÓN: 01 self-portrait early experimental digital photography by Rick Doble by Rick Doble - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.


Mar de Poesías


Poemas publicados en Revista Almiar, n.º 11 (junio/agosto de 2003); selección de poemas a cargo de Antonio Alfeca. Página reeditada en julio de 2021.

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