La tristeza
Tu est inscritte dans les lignes du plafond.
PAUL ÉLUARD
En un viejo sillón de mimbre
—el favorito de Musulungo—
está sentada la tristeza.
Me deslumbra la belleza de su rostro.
Sobre todo sus ojos
que escudriñan atrevidamente los rincones
y terminan posándose fijamente en mí.
Me conmueve sus sonrisa.
Nunca tan cerebral como la que Leonardo le pintara a La Gioconda,
pero apenas esbozada.
La tristeza es una frágil muñequita.
Es tan frágil que cuando la toco
se deshace tímidamente entre mis dedos.
Los recuerdos
Los recuerdos.
Esos retazos de la memoria
hecha añicos
nos constituyen.
Nos recuerdan
—valga la redundancia—
a ese ser que siempre fuimos
o que quisimos ser
y no pudimos.
Los recuerdos no sólo se asientan
en un rincón oscuro de la memoria,
sino que se pliegan a veces
a las canciones,
a algún viejo juguete olvidado,
o a una pintura.
Y los más atrevidos,
se esconden en las páginas de un libro
o en las cubiertas de algunas revistas.
Una vieja copia de BOHEMIA
por ejemplo,
para lanzarnos piedras
desde el fondo.
Contactar con el autor: renedayre[at]sbcglobal.net
Ilustración poema:
Detalle Gioconda Madrid
by MarisaLR
- Own work. Licensed under CC BY-SA
3.0 via Wikimedia Commons.
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