Cuando la noche impregna alegre sabores de otros
tiempos.
Cuando la locura puede formar parte de cualquier abanico de virtudes.
Cuando un suspiro extraño me libera del futuro y del pasado
Y siento que nada es mucho, que todo es nada
Y evito pararme a pensar preocupado
Qué poco, qué mal, qué tarde o qué temprano.
Cuando por fin puedo renegar de tu mirada.
Cuando me puedo permitir el lujo de olvidar tu nombre.
Cuando sin ti aún vivo, y vivo más que nunca.
Cuando me acompaño sin querer
Y bebo fuego entre sonrisas.
Y respiro humo entre utopías
Cuando algo me libera
Y lloro sin temor,
Y río sin razón,
Y vivo.
Es entonces,
Sólo entonces,
Cuando puedo permitirme el lujo de olvidarte.
A veces me
pregunto
Me pregunto si la luna no desea perder de vista
el fuego.
Quisiera saber si no se aburre de tanto brillo.
Si los peces acaso no sueñan con surcar los cielos.
Si tanta magia no termina por dejarlos abatidos.
Quisiera saber dónde nos terminará por llevar el viento.
Si llegaremos agotados,
y a dónde llegaremos.
Me pregunto si podré sentir el candor de la arena del desierto,
el frescor de la tierra de Chile,
la quietud de cualquier pico.
Si respiraré cualquier otro aire.
No contaminado,
virgen.
Quisiera saber a dónde va a parar todo aquello que no dije.
Todo aquello que parece perderse,
poco a poco,
con el tiempo.
Me pregunto qué será de todos esos rostros.
Difusos y cansados,
acurrucados en mi mente.
A veces me pregunto si la vida es un despiste de la muerte.
Una falsa demora.
Un adiós repentino.
Quisiera saber por qué huimos de la conformidad.
Por qué ansiamos para olvidar.
Quisiera saber si no somos más que un cúmulo de deseos.
Por sentir lo que no sentimos.
Por ser aquello que no somos.
Por soñar y poder serlo.
Por vivir los sueños.
Me pregunto qué será de mi,
constantemente.
Acaso no será ese afán de conocer,
lo que me mueve.
Acaso no serán las ansias de saber,
lo que me otorga.
La búsqueda de lo que lo no es tangible,
de lo que no existe.
De lo imposible.
Fatuo
Mi ambición por ti creció como el trigo triste
en un día de invierno.
La fugacidad de la historia se dibujó en un cuadro lluvioso.
Y yo te buscaba.
Perdido en los rincones del tiempo.
Sin saber por qué.
Acudiste a mí.
Y tu ansiedad te quitó importancia sin llegar a matarla.
Ya ni sé por qué dejé que sufriera...
Fue un día de sol transitorio y de lluvia prometida.
Cuando vi tu mueca reflejada ante mis ojos.
Y te me antojaste un poco.
Y suspiré por ti todo el tiempo.
Charlando...
Te besé casi por vergüenza.
Y es entonces cuando todo se pierde.
Cuando se me deslizan las ganas de ti.
Y se me caen los caprichos como dientes de nieve.
Tanto tiempo bañado en suspiros.
Para que ahora.
Cuando puedo morder tus párpados,
y respirar tus raíces,
y beber de tu llanto.
Todo me sea indiferente.
Y tu ansiedad me sepa grisácea.
Y el sexo no acabe nunca.
Y decir callado.
Agazapado y cobarde.
Ya no te quiero...
...nunca te quise.
_________
Contactar con el autor: raul_heras[at]hotmail.com
Ilustración poemas:
Veena Badini by Nabakishorec -
Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0
via Wikimedia Commons.
|