4
(arte poética)
la mueca aún tatuada en el hueco de papel
el exorcismo
el lenguaje súcubo
manos rotas
el vuelo del insecto
el aterrizaje en medio aire
una camisa de fuerza
una frase desmembrada
un pie mordiendo el borde del abismo
en caída libre
el sexo culpable en la raíz del árbol
el hijo del reflejo
la ceremonia enmascarada para nadie
planeta infierno
ojo anónimo
constelaciones de ceniza
y un objeto al alcance de la mano
y un objeto para nuestra locura portátil
y un objeto para atrincherarse en la batalla
un objeto nada más.
9
existo escribo veo escribo la nada de este cuarto escribo que empieza
a abrir los ojos de sus muros escribo como un cadáver de mamífero escribo
que despierta escribo bajo la tierra escribo afuera hay una gran plaza
llena de gente escribo afuera plaza gente escribo boca abajo escribo me
divido en silencio pero no salgo escribo porque tengo las manos pegadas
a la madera de esta mesa escribo y sólo puedo lamer un tapizón de tablas
amarillas escribo que se incrustan a cada fibra de mi cuerpo escribo disgregado
hacia las esquinas de la habitación donde escribo ellos prenden velas
negras de sacrificio escribo para exorcizar mi miedo escribo esta noche
me han clavado pies y manos escribo no para mí escribo para ellos que
son los ojos que son las bocas de este cuarto escribo que ruge dentro
de mí mismo escribo como un animal que me devora bajo el polvo mientras
escribo no existo.
10
boca para gritar
cuerpo para girar
manos para espantar
en silencio
el grito de la boca la boca del grito
cuando giro dentro de mi cuerpo en silencio
es silencio el giro de las manos que giran en ausencia
de mi boca cerrada dentro de otro grito
que grita sin cuerpo
mis manos espantan el silencio de mi grito de mi giro
de mi espanto
para girar la boca para gritar el silencio
es que grito dentro de mi cuerpo
afuera de mi cuarto esta noche que es todo un giro
de sogas quebradas encima de mi mesa
que vuelve a girar
sin llegar a ser un giro completo sin llegar a ser
un grito en medio de mi cuerpo
que ha dejado de girar
que ha dejado de gritar de espantar
el silencio
y es un punto inmóvil un signo
que me grita o me gira o me espanta
para silenciar mi boca
para maniatar mi giro
para conjurar mi espanto.
26
(darklands)
I feel like I could die
by the river of disease.
JAMC
el bosque absorbe la forma de mis manos
en una caja de metal escondo
todas estas metamorfosis incoloras
la mutación infinita de mi cuerpo
en un objeto filudo
al borde de mi boca abierta
-la madriguera del caos-
el río no lava la memoria
el río es la enfermedad de la memoria
el agua moja la piel los ojos vigilantes
que cuidan las paredes
del laberinto que me rodea
los límites de mi dominio
han desollado piedras de ácido
en esta tierra oscura como un cine
de imágenes enmascaradas en un juego de luz
y vacío
mis ojos crecen
la mano posee el horizonte
y la marea se agita como un mamífero
a la deriva
el viaje acaba nunca el viaje
es el doble del alma el desierto otro
que rasga una cuerda de miedo
como una cicatriz en el ombligo de mi madre
la lucha disuelve el polvo
las armas brillan en mi espalda
y las balas perforan mi identidad
en el campo minado del ojo
del nombre o la memoria
28
mis ojos en el estanque fugan
como peces que refractan la máscara del miedo
desde este territorio ascienden
aves de humo
hacia las nubes que me cobijan con su manto de culpa
el puente que secciona un río verde
figura una cruz apolillada con clavos
que son ojos
crucificando la rugosidad de mi mano envejecida
un bulto humano se incendia detrás de esta ciega escenografía
poeta que habla con boca de otro cuerpo
y resuena bajo el liquen del estanque
donde viven los peces verdugos
con su sordo ritual
que me mutila.
CHRISTIAN ZEGARRA
(Perú, 1971) estudió literatura en la Universidad Católica de Lima. Ha
publicado Inmanencia (1998), Regreso a Ouroborea (1999)
y El otro desierto (2004). En la actualidad realiza un doctorado
de literatura latinoamericana en Los Ángeles.
Contactar con el autor: ci_zegarra[at]yahoo.com
Ilustración poemas: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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