«El sábado [15
se julio de 2006], las tropas israelíes ordenaron, usando un cuerno de
buey, a los habitantes del pequeño pueblo fronterizo de Marwaheen que
abandonaran sus hogares antes de las 18 horas. Marwaheen está cerca del
lugar donde los guerrilleros de Hezbolá rompieron la frontera de alambre
hace una semana para capturar a los dos soldados israelíes y matar a otros
tres, el ataque que provocó esta cruel guerra en el Líbano. […]
De manera que la gente de Marwaheen partió para el norte en un convoy
de automóviles que sólo unos minutos más tarde, cerca del pueblo de Tel
Harfa, fue atacado por un cazabombardero israelí F-16. Bombardeó todos
los automóviles y mató a por lo menos 20 civiles que viajaban en ellos,
incluyendo a muchas mujeres y niños. Doce personas murieron carbonizadas
en sus vehículos, pero otros, incluyendo la niña que yace como una muñeca
de trapo cerca del incendiado convoy civil, fueron lanzados fuera de los
autos por la explosión de las bombas. Cayeron en los campos y valles cerca
de la escena del ataque. La fotografía de la niña la tomó, a costa de
grandes riesgos, el fotógrafo de Associated Press, Nasser Nasser. Israel
no expresó arrepentimiento o pesar por estas muertes».
Mercedes
López San Miguel y, desde Beirut, Robert Fisk (The Independent
de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère).
fue lo último que vio
un cielo en llamas
un cielo en Marwaheen
en llamas
y antes todavía
metálicas langostas
y aún antes
los estruendos
y el camino más acá del eclipse del sol
y del exilio
son ahora la niña y su mirada de la tierra
la niña y su mirada…
(igual en el final a la mirada
de otra niña
mucho tiempo atrás
en Auschwitz)
mientras tanto
lejanos hombres digitan desde cúpulas y torres
inaccesibles
encristalados hablan
con las bocas del cemento y dicen:
palabras / palabras / palabras / palabras
mensajeras deformes de argumentos
ahí están:
planeando invulnerables
sopesando en balanzas vacilantes
trazando ambiciones sobre mapas
ciegos
no previeron ellos ese cuerpo
privado ahora
del tacto del agua
no previeron ese cuerpo
ellos
vacío para siempre de palabras
no vieron y no ven
el fuego
ni perciben sus oídos los gritos de la carne
todavía…
una niña en Marwaheen antes del fuego
y las metálicas langostas
y las balas
una niña en Marwaheen ayer jugaba.
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GUILLERMO GARCÍA
(Argentina, 1966) es Licenciado en
Letras. Profesor asociado de Literatura Latinoamericana I y II en la Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, ha
publicado en medios nacionales y extranjeros ensayos de crítica literaria.
También un libro de poesías, Evidencias (2003). Además es editor
de la revista Hologramática literaria (http://www.cienciared.com.ar/ra/revista.php?wid=10).
Contactar con el autor:
ggarciart[at]yahoo.com.ar
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