Juicio
militar
Aymer
W. Zuluaga Miranda
1
Se establece juicio militar contra el soldado Blandón, integrante
de la compañía Ave de rapiña adscrita a la Brigada XI del
Ejército, detenido durante la operación «Casa de lenocinio», el
15 de julio del presente año. Como eje del proceso, la audiencia
implicó a cuatro de entre los juzgados por el faltante del dinero
decomisado.
En aplicación del decreto de 1943 sobre Rebelión Militar, Bandidaje
y Terrorismo, regulado en el Código penal de 1944 y revisado en
1963 con la creación del Tribunal de Orden Público. El decreto
de 1963 había abierto la posibilidad de que los tribunales civiles
juzgasen los «delitos comunes», desde el 5 de agosto de 1972 la
jurisdicción militar se hizo cargo de nuevo de estos asuntos.
A partir de esa fecha, la Capitanía General tomó las riendas de
todas las cuestiones relacionadas, por lo tanto este juzgado es
competente.
2
Soy Juvenal Blandón, estuve perdido con otros tres compañeros
soldados, durante catorce días en la manigua, nos habíamos separado
del grupo luego del combate con el enemigo, recorrí palmo a palmo
las entrañas de la selva, cuidé de no pisar minas antipersonales,
me olvidé del baño diario y de la comida diaria. Llegué al sitio
donde encontré el dinero: fatigado, con dolores de calambres severos,
con heces fecales matinales no compactas, diarrea recurrente,
pérdida de peso y agotamiento.
3
El sumario 15/03 consta de ciento veinte páginas. En ellas se
acusa a dos personas ya detenidas, y a otras tantas en fuga, de
apropiarse indebidamente de un dinero incautado en operación militar.
A Juvenal Blandón se le inculpa de ser el autor intelectual del
citado robo, y a Tomás Uribe, Uldorico Domínguez y Mario Osorio
como «perpetradores del ilícito». Para todos ellos el fiscal pide
la pena de baja del servicio y cárcel.
El presidente del Consejo de Guerra es el coronel de caballería
Emmanuel Ordóñez. El fiscal, el capitán Albeiro Tangarife. El
consejo en pleno aporta las actas de la visita efectuada el día
17 del mes pasado, a la prisión, las celdas de castigo de la quinta
región militar de Burgos, es decir a la sede del regimiento, donde
se encontraban los capturados Juvenal Blandón y Tomás Uribe.
4
En la visita les expliqué claramente los hechos: Preso de fiebre
y dolores musculares, con síntomas de deshidratación y los bolsillos
vacíos como mi estómago, mientras buscaba un sitio donde desalojar,
encontré unas canecas con bolsas negras, en cuyo interior estaba
el dinero obtenido en actividades ilícitas del grupo enemigo,
equivalente al premio mayor de la lotería. Le avisé a mis tres
compañeros, quienes pasada la sorpresa, hablaron de repartirse
el botín de guerra. Yo, firme, mi Capitán, les dije que eso iba
contra la patria, que ensuciaba los ideales por los que luchábamos,
que era una afrenta a nuestra bandera. Ellos, recapacitaron y
quedamos en que llevaríamos el dinero al campamento, para que
el sargento decidiera. Pasamos los fajos de billetes de las bolsas
a nuestras mochilas de campaña, envolvimos el resto en dos cobijas.
Tomás y Mario se las echaron al hombro, cuando se turnaban para
cargarlas, Uldorico dijo que el fardo pesaba más
que el fusil.
5
La resolución de separación del servicio será consecuencia de
sentencia firme por delito de peculado por apropiación, si se
impone pena de privación de libertad que exceda de seis años por
cualquier delito o pena de inhabilitación absoluta como principal
o accesoria.
6
No me vayan a excluir del servicio a la patria, que gustoso daría
la vida en combate por ella, que fue el único aliciente mientras
estuve en el hospital, me aferraba a ella, a la vida, a la patria,
mientras los compañeros gastaban los dólares a raudales. Supe
que Mario se compró una camioneta nueva, mientras que Uldorico
y Tomás pagaban a mujeres de las «casas de genocidio» con los
billetes robados.
7
Los encausados, en compañía de sus abogados, acuden a esta corte
hoy, 4 de septiembre para notificarse de las condenas. El Consejo
de Guerra impuso a los acusados penas superiores a las solicitadas
por el fiscal Tangarife. Tomás Uribe, Uldorico Domínguez y Mario
Osorio son condenados a dos años de prisión, cada uno de ellos.
Juvenal Blandón será castigado con siete años y baja del servicio.
Se hace constar, cuando son las cuatro de la tarde, que los abogados
recibieron la comunicación de las penas impuestas, pero que ninguno
de los defensores las firmó.
8
Soy inocente, ya les dije en el momento de mi detención, que se
realizó mientras me encontraba en el hospital militar, recuperándome
de una infección intestinal. Soy inocente, es cierto que esa noche
Tomás vio que yo tomaba un fajo de billetes, y por eso se confundió
y ahora me acusa como el autor intelectual. Ellos tres se llevaron
todo el dinero, yo estaba tan enfermo que no podía cargar nada
y solo tomé un fajo cuando, aún perdidos en la selva, noté que
se nos había acabado el papel higiénico.
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Aymer Waldir Zuluaga
Miranda, escritor colombiano,
fue finalista en el X Premio Internacional de Cuento Carmen
Báez, México, con este relato. Ha publicado el libro de relatos
Tríptico de un junta~letras profesional. De este autor
puedes leer también, en Margen Cero, un relato largo:
Historias
de un graduado.
ILUSTRACIÓN RELATO: Fotografía por
Pedro
Martínez ©
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