HAY UN RASTRO de hormigas cubriéndome los dedos:
he seguido el rumbo de un barco esta tarde
y he zozobrado en los acantilados de sus pechos turgentes;
he rozado sus pezones y he creído asomarme
al borde de un abismo gris y turbio
sintiendo sensación de una noche sin luna
hiriendo mis sentidos y llenando mi pecho...

me dice tantas cosas cuando nos bañamos de amor...

Y después, cansados de amar
me dormía sobre su pubis
imaginando caracolas de mar
los rizados bucles de su entrepierna en flor

Sueño con ella.
la imagino en su cuarto, en su cama,
con los ojos abiertos absorbiendo
todo el color de la música;
teñida de azul celeste
y atravesando visillos, cortando paredes
reflejándose en el cielo que a ella se parece
y acaricio su cara, y recorro su geografía,
y en la frontera verde de su cintura
el duende de la lujuria
hace que las yemas de mis dedos
resbalen por el contorno de
sus piernas de mármol
y me detengo al borde de lo que tanto ansío
esperando el instante en que el Dios Eros
me permita fundirme con ella
en un solo cuerpo.

El azulado horizonte se desploma
sobre el infinito raso de nuestro lecho,
y sobre la cómoda, con llamas azules
las velas que nos alumbran
cubren de luz tenue nuestra alcoba
y sobre el rostro del río
se acomoda el universo
en un espiral amarillento
y la brisa atrevida que se acerca
juega con su pelo
y su blusa se abre, cerca del pecho

prendida por alfileres, guardando respeto
y más abajo sobre el muslo suave
un lunar de fantasía dibujado
por el luchar constante con el amor
un momento antes;
y volvimos a amarnos tanto,
que se fundió el cielo con la tierra
y los vientos se huracanaron
y de nuestros cuerpos enlazados
surgió el aroma pueril
que alcanzó el techo
desgarrando sonidos lastimeros
del placer de querernos
logrando cerrarte los ojos
con un beso.

Ya el alba está encendido
y no nos queda más tiempo
tomando café, observo sus pechos albinegros
y el agua que recorre su cuerpo perfecto
cascadas de nostalgia
me ha de traer el recuerdo
pensando en esa noche oscura
en la que dimos forma al deseo .

Hoy se me ha roto la luna en mil pedazos
la noche me trae el silencio
ella se fue a su casa
disimulando el suceso,
su sonrisa fue una daga que
se clavo en mi pecho
sus ojos celadores, esculpieron mi ensueño
y sus muslos tentadores
ya no abrazarán más mi cuerpo.

Es de noche, estoy solo y tengo miedo
al recuerdo.