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Fernando Mollá
Ayuso
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LA PALABRA
LIBERADA
Y quiero gozar mientras tanto lo vivido,
pensar que sigue la luz a la oscuridad,
la calma a la tempestad
y el beso al desengaño.
Vientos del mundo, traedme mis recuerdos.
Brisas de los mares ¡llamadla!
Decidle que la recuerdo
que será suyo mi postrer pensamiento,
mi último segundo.
Pero entonces, cuando me sea llegada
la hora dulce de los postres, y
alcance su ocaso
el recorrido de mi estrella (tan fugaz).
Que sepa yo alzarme orgulloso de la mesa,
y será de alguna manera el fin.
Un fin, pero no el final
Pues del todo no muere quien
es creador de un hijo quizás,
de aquel árbol si no. De ese amor
tan grande a lo mejor,
y seguro, eso sí, de la palabra liberada
que presa en la mente,
el papel eternizó.
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FMOLLAA[at]terra.es
Ilustración poema: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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