Silvina
Merino
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Déjame
estar tranquila
en mi tristeza
Deja que los veleros naufraguen
en mis noches,
deja que las lágrimas mueran en mis mejillas,
que mi alma duerma en los reproches.
Deja que hoy mi cielo sea tan solo un cielo,
deja que mis estrellas se pierdan en algún firmamento,
que mis llantos sean solo otros llantos.
Deja que la esfera ruede por la tierra,
deja que la tristeza disfrute de su baile,
que a las caricias les golpee la pena.
Deja que el día anochezca en mi cabeza,
deja que la almohada me apriete con fuerza,
que el asesino acabe con mi agudeza.
Deja que mis niños corran por el patio,
deja que mis recuerdos naden en su añoranza,
que las gotas solo sean gotas.
Deja que la lluvia me empape el cuerpo,
deja que mi viento arañe sus cabellos,
que repose en su mano mi recuerdo.
Deja que mi pueblo sea mi pueblo,
deja que mi mar me olvide en su deseo,
que la arena que acumulo sea mi destierro.
Deja que por una vez me inunde la calma,
que por una vez la paz me satisfaga,
que por una vez la quietud me sostenga.
Déjame estar tranquila en mi tristeza.
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Contactar con la autora:
silvinamarpla[at]yahoo.es
Ilustración poema: Fotografía
por
Pedro M. Martínez ©
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