José Soria

Tío Julio


Sí.
Volveré a acariciar su pelo,
Cuando se eclipse la luna en la distancia.
Cuando su soledad me rompa las venas
Encendiendo la nostalgia.

Sí.
Volverá a entrar en primavera
A raudales por las ventanas abiertas,
Y su aroma envolverá la estancia
De jazmines y violetas.

No.
No me dijo adiós.
Se apagó en el instante en que se detuvo el mundo.
Se fue sigilosa hundiéndose en su mirada,
Dejando olvidada su sonrisa en el armario
Donde duerme su bufanda.

No.
No me dijo adiós.
Pero me dejó su peine y sus sandalias,
Y de su blanco pelo un mechón escondido
Donde duerme la calma.

Sí.
Cada rincón, cada esquina,
Cada cuchillo, la almohada,
Cada ruido de la puerta,
La reclama.

Cada recuerdo avivado,
Cada recuento de nada,
Cada mirada al cielo,
La reclama.

No.
No me dijo adiós.
Pero escondió su aroma bajo las sábanas
Donde lavo los recuerdos con mis lagrimas.

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Contactar con el autor:
soria[at]larural.es

Ilustración poema: Fotografía por Pedro M. Martínez ©

▫ Poema publicado en Mar de Poesías (Margen Cero, 2002). Reeditado en julio de 2019.

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    ISSN 1696-4807
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