Luis Tamargo


Es en
ese lugar...


…donde el niño que fui me llama,
a través del espejo.
Yo le devuelvo la sonrisa y
el mundo es grande, sin fin.
Canta el cuco y el castaño tiembla.
Son de oro los tejados
porque el sol los baña, y
en la barriada somnolienta
otra jornada comienza.
Los perros se contorsionan y,
meneando la cola, sentados
y graciosos, se rascan
detrás de la oreja.
Ya está vestida la yegua,
sólo le falta el carro.
Y el ternero blanco
ensaya ponerse en pie,
por tercera vez.
Dicen que no vuelan las gallinas,
y ¡allá va la colorada!,
a lo alto de la cerca.
Suenan los pesebres a cadenas y
se inquieta el ganado,
como otro día más.
Por encima del muro, sonríen,
entre los avellanos,
dos niñas tristes.
A las hijas del capataz
se les ilumina la cara, redonda,
cuando les pregunto,
como a las cerezas rojas.
Jugamos. Y el gato,
de un brinco loco
vuelca la canasta…
Y las manzanas ¡ruedan libres...!



Contactar con el autor: luistamargo[at]hotmail.com


Ilustración: Fotografía por Pedro M. Martínez ©



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