relato por
Nahuel Conforti

E

sta pelea era diferente. Estaba nervioso. Se sentía distinto. Estaba mejor entrenado que antes. La televisación de la pelea lo ponía nervioso. La noche anterior no pudo dormir muy bien.

Ya tenía un par de peleas encima pero era la primera vez ante las cámaras. El combate estaba pactado a seis rounds. Todo el gimnasio había ido a verlo. Durante el vendaje nadie fue a saludarlo. No quiso recibir a nadie. Lo ponían más nervioso. Hasta ahora nunca lo habían ido a saludar antes de la pelea y siempre había ganado.

Faltaba cada vez menos. Las piernas le temblaban un poco. Estaba nervioso pero pensó que su rival era un debutante. No parecía gran cosa. Le pesarían los nervios del debut. Él ya había pasado por el bautismo y le había ido bien. Ya habían pasado un par de peleas. Estaba mejor con respecto al debut.

Las botas le incomodaban. Eran nuevas pero hacía poco que las tenía y todavía estaban muy duras. Las sentía un poco estrechas, eran livianas. Poco a poco se fue acostumbrando. No podía estar quieto. Vendas y guantes: listos. Esperaba que termine la pelea anterior. Iba y venía. Se movía, revoleaba sus largos brazos. Sacudía su cabeza rapada.

Se escuchaban gritos fuertes. Había mucha gente, más de la que se esperaba. Todavía no había terminado la pelea anterior. La gente gritaba. Pelea dura. Hubo una caída. No quiso salir a ver. Prefirió quedarse. Tranquilo y concentrado.

Se escuchó una campana. La gente gritaba. Terminó la pelea. Era su turno. Respiró profundo, oxigenando. Bajaban las pulsaciones. Vino uno de la organización para llevarlo a pelear. Lo siguió. Su rival ya estaba en el ring, subió, escuchó aplausos. Levantó un solo brazo. Muchos aplausos. El público estaba dividido.

El árbitro los llamó, les dio indicaciones. Fueron cada uno a su rincón. Volvieron al centro del ring. Campana. Chocan los guantes. Comenzó el combate.

Primer round. Atacar. Buscar. Hacerle sentir el debut. Usar los brazos largos. Tocar, marcar, moverse. Un puño lo tocó, apenas, pero lo tocó. Le hizo sentir el fuerte roce del guante. El debutante no cayó en el nerviosismo. No se volvió loco.

Siguieron los rounds. Había estirado la diferencia. Ganaba. Por poco pero ganaba. Tres rounds. Bien de piernas. Bien de aire. Estaba entero y tranquilo.

Cuarto round. Le marcó la cara. Le hizo sentir el guante. El otro trastabilló. Estuvo a punto de caer. El árbitro paró la pelea, le contó uno, dos, tres, estaba bien, movió la cabeza asintiendo. Casi lo había tirado. Terminó el round, volvió al rincón. Párpado cortado. Veía cómo el entrenador del rival hablaba. Estaban nerviosos. El otro boxeador parecía no escuchar a su entrenador. Escupió. Le sacaron el banquito. Su rival salió disparado hacia él que lo frenó con el puño izquierdo. Volvió a trastabillar. Volvió a la carga. Lo atacó. Ciego. Uno, dos retrocedía. Uno, dos. Lo tocó. Izquierdazo. Baja la defensa. La cara descubierta recibe la derecha. Nerviosismo. Una derecha lo marca, lo toca. La derecha entra. El público se levantó. Está confundido, sorprendido. Muerde el protector. Nervioso. Uno, dos. Gritos feroces en la tribuna se vuelcan en contra. La cara descubierta recibe el uno, dos. Izquierda, tres. Derecha. Lona. Cuenta. Se para, revolea la cabeza. Uno, dos. Uno. El rival parecía una fiera herida que se venía sobre él. Nada lo paraba. Los golpes se filtraban por todos lados. Aguantar. Aguantar como siempre. Aguantar a que termine. Falta poco. Siempre había aguantado. Aguantar el olor a vino del padre. Aguantar la fábrica. Aguantar a la esposa, a los hijos. Aguantar. Siempre falta plata. Siempre aguantar. Un guante como misil lo derriba. Cae. Gritos de furia. Seis, siete, ocho. Se para. Mueve la cabeza. Vuelve la carga. Aguantar. Falta poco. Izquierda. Aguantar el barrio. Derecha. Aguantar el frío. Uppercut. Aguantar. Derecha. No aguanto más. Aguantó los golpes que eran duros como los del padre. Uppercut. Un guante como ladrillo contra la cara. Lona. Knockout.

Con la cara pegada a la lona vio el brazo del rival levantado por el árbitro. Gritos en la tribuna. Algunos invadieron el ring. No quiso levantarse.

 

relato Knockout

Nahuel Conforti. Nació en 1984, en Rosario (Argentina). Estudia en el Profesorado de Lengua y Literatura en el Instituto Olga Cossettini, de su ciudad. En 2008, ganó el primer premio en poesía en el concurso «Gabriela Mistral», organizado por dicho Instituto. En 2009 participó en la antología Voces transitorias. En 2014 recibió una mención de honor en el concurso «La hora del cuento» (Biallet Massé – Córdoba) por su micro relato Golpes. Su poema Fallido obtuvo una mención en el concurso «Mario Nestoroff» (Chaco – Argentina). También en 2014, recibió el primer premio de cuento en el concurso «Elda Massoni» (Rafaela – Argentina).

Contactar con el autor: nahuelconforti[at]hotmail.com

🖼️ Ilustración relato: Boxers wrap their hands with cloth tape prior to putting
on boxing gloves
. See page for author [Public domain], via Wikimedia Commons.

 

Relato Knockout por Nahuel Conforti

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