poemas por

Cristian López Talavera

 

TÚ… EL MUERTO

Siempre, cuando veas un charco de sangre
aparecer por la puerta
no cierres los ojos,
ni trates de nadar
sumérgete
y siéntele,
ahógate,
puede ser el lago en tus sueños;
ese laberinto de la muerte
es parte del libreto en la vida.

Si ves a un muerto
con una copa de vino en medio de sus manos
aparecer como un espectro por la ventana
no llores, ni grites,
solo sonríele como un gato
puede ser tu abuelo
al que no conociste
y solo viene para llevarte a un paseo
por un lugar desconocido
—todos ya hemos pasado por ahí en alguna cama de un hospital—
o tal vez, tranquilo con nieve y árboles
y nada de gente.

Si ves un hacha
que recae sobre tu cabeza del lado derecho de tu cuerpo
ni grites, no llores,
no duele;
te puede hacer una melliza
si te cae en la corona de la cabeza.

No mires al rostro del asesino
porque puede ser tu padre borracho
y él no quiere que mueras con rencor
solo busca lo mejor para ti…

Si ves tu rostro
en una caja adornada con flores rojas
en medio de lágrimas y sonrisas
no te asustes
eres tú al otro lado,
eres el ser que guardaba el espejo
eres vos y eres el otro,
eres el muerto…

 

TU PARTIDA

a jorge

 

mis sueños son como un espejo donde
se reflejan todos los hombres,
desde ahí arriba, donde las gaviotas
amanecen llorando
te miro desnudo,
convertido en ausencia
aletargando tu huida
el tiempo enumera islas
lastimando los riscos que cubren tu alma
y la ceniza que envuelve el barro de tu cuerpo
penetra en los pinceles de la agonía
cuál es el mensaje que guardas en las madrugadas
cuál el cabello que peinas en el filo del agua moribunda
mi sueño se marchita en este silencio olvidado
mientras tus piernas se esparcen
en las manos de la tierra fecunda,
a la que llegaremos desgarrándonos las uñas.
El tiempo es mudo,
apareció una noche de lluvia
y se asiló en el mordaz desorden de un eucalipto,
tú que eras fuerte
como la tierra que andas pisando,
tanteando con tu sexo apaciguado

fuerte
y una amapola de lágrima
cubrió tu puerta de madera,

DESCUIDO:
no viste el reloj que cuelga de la pared,
perdiste el control remoto
de la fruta descalza
y de un manotazo

                            EL TIEMPO
                                               siniestro

traspasó las líneas de tu mano.
indeciso te abocaste a una cama,
con un péndulo en tu mano derecha
y la luna prendida de tu rostro,
ESTÁTICO,
solo el aire acompañaba tu lucha
de generaciones
tu rostro, piedra de madera
empujó tu vuelo
empañando de gritos agónicos
la ventisca de mi aurora;
desde ese instante
la eternidad rumió a su costado junto a las ratas
en el estanque de la memoria.
Mi voz te devoró en el barranco del asombro.
la luz tenue desfiló lentamente en tu espalda
desmoronándose en la desolada tormenta cósmica
que produjo tu partida:

LLANTO
             LLANTO
                          LLANTO

y tu abrazo se sujetó de la madeja de selenios
que rasgan la palabra,
NO HUBO SANGRE,
solo heridas somnolientas
que enmudecieron al decaer la única luz que se avista
a lo lejos, en la ira de hombres extraviados.

¿en qué te convertiste
                         en ángel flotando en la muralla oscura del ojo
cadavérico
en el muladar donde se posó el estiércol de dios?

 

___________________
PROGENIE

(Fragmentos)

 

La luna somete a los cadáveres a la sombra, la acecha en silencio, se atusan abrazados en el desorden al que se entregaron. El verbo murió en la carne. El verbo se deshizo en la palabra. La muerte en sus ojos se encuentra abandonada, así como el mar, alejado del mundo, de la sal, de lo efímero que significa respirar, alejados del amor, de ese dios funesto, de la historia. Pues no conocen amor más cercano que el silencio.

¿Dónde reposan su fe?

                   ¿En el desierto, en el seno fecundo de la tierra?

*

Detrás de sus pelos sucios, por sobre encima de la espalda, sus palabras se desvisten ¡HAY POESÍA MÁS HERMOSA QUE LA DE UN MUERTO! El camaleón tartamudea, ha perdido su color, el temor se ha apoderado, ha venido tal un jinete borracho, ha llegado agonizando, sangrando, destruyendo el lamento, sus huesos han predispuesto su tristeza.

Una mordaza atranca sus voces, un rastrillo de luz se esparce por sus cuerpos.

*

Una historia que se cuenta en presente es solo un pasado olvidado, un cielo que se cierra en el mar, un hombre desechado, un perro que lame su cráneo.

¿no son estos cadáveres un encuentro con el mito?

*

Creo es cierto que el verso desmenuza el canto de la mañana, que la voz es un desierto donde integra cuerpos sin cabeza, donde el beso no es más que un pájaro hambriento; ahí la voz es una noche de luna llena, un escombro de rodilla desnuda.

Ahí donde la voz hiere la memoria aparecen estos cuerpos magullados, lacrados… los rayos del sol frenéticos abandonan su estirpe para vengar sus descansos transitorios, ahí es donde el verso toma cuerpo, ahí es donde, celosa, aguarda el vacío de la palabra…

                   ahí
ahí
                                                       ahí.

 

 

arabesco parrafo seleccion poetica

Cristian López TalaveraCristian Lopez TalaveraNació en Quito, en 1985. Poeta, narrador, editor y docente secundario. Fundador de la revista Ojos de perro azul. Ha escrito Casa de Soledad (poesía), Llanto al padre (selección poética). Ganador del concurso Interfacultades, Premio Universidad Central; obteniendo la medalla de oro. Mención de Honor en el concurso de poesía joven Ileana Espinel Cedeño. En el 2010, es parte de la Antología Los Engendros de la Luna, que recoge a los ganadores del Concurso Nacional de Cuento y Relato, Taller Cultural Retorno. Ha participado en eventos literarios en Ecuador y Perú.

🔗 Web del autor: Casa de soledad (casadesoledad.blogspot.com/)

Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©

 

Mar de poesías Selección poética

Más poemas en Margen Cero

Revista Almiarn.º 60 / septiembre-octubre 2011MARGEN CERO™

 

Siguiente publicación
El barrio Neón es el más sucio de los barrios.…