Sergio Sollima


SERGIO SOLLIMA. El eurowéstern

entrevista por Amparo Gil
(fotografía realizada por la autora ©)

La Filmoteca Valenciana en colaboración con el recientemente clausurado Festival de Cine de Sitges y Donostia Kultura organizó una retrospectiva del wéstern realizado en Europa.

Uno de sus máximos representantes es Sergio Sollima (Roma; 1921) artífice de grandes títulos del género como El halcón y la presa (1966); Cara a Cara (1967); Ciudad Violenta (1970); El cerebro del mal (1972) o Revólver (1973), entre otros.

Su presencia en Sitges 2002, junto al no menos querido Joaquín Romero Marchant, nos ofreció la oportunidad de acercarnos a su universo particular:

AG: —Siempre se habla de que sus wésterns son un tanto políticos y que hay una correspondencia con el cine italiano político del momento.

Sollima: —No, no estoy del todo de acuerdo. Es cierto que todo el mundo piensa en este matiz al ver mis películas pero si hay algún matiz político es por mérito propio, no por mi intención inicial. Yo más bien diría que era un wéstern social. Más preocupado por otros aspectos relacionados con lo humano, con la vida...

—Se apartó un poco de la idea del forastero para matar y este aspecto más desenfadado difería del estilo de Leone, por ejemplo, ¿q piensa sobre ello?

—Nuestros universos son distintos efectivamente, aunque vivíamos en la misma época e incluso compartíamos colaboradores como Ennio Morricone, por ejemplo. Sergio es «muy romano», es difícil de explicar. Aún hoy, cuando nos encontramos, sigue hablando en su dialecto romano, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. La manera de contar el western es diferente. Yo me lo tenía que hacer todo sólo. Había noches que mientras ellos descansaban yo pensaba, bueno y mañana qué les digo yo que tienen que hacer... y además, había visto desde muy niño muchas películas. Nuestras influencias eran diferentes. Si quieres, el cine de Leone es más cínico que el mío.

—La fisificidad de sus personajes es muy importante. Siempre tienen mucho enganche.

—Efectivamente, el carácter de los personajes es muy físico. La belleza no lo es tanto para mí. Lo es en la sociedad en la que vivimos pero a mí no me importa demasiado. Hay grandes actores que sin hacer muchos aspavientos dicen muchísimas cosas. Me estoy acordando de Hopkins en algunos de sus trabajos, por ejemplo.

De todos modos eso también venía determinado por la sociedad del momento, por sus propios gustos y parámetros. Por poner un ejemplo, tenían que llevar el sombrero puesto hasta abajo y además hacía mucho calor, todo esto proponía unos gestos y una expresión de cara diferentes.

—En Ciudad violenta propone una relación entre los protagonistas transgresora con respecto a los modelos americanos, ¿intentó cambiar los papeles?

—Cuando me propusieron Ciudad violenta sólo era un proyecto de 10 hojas. A partir de ahí tuve que trabajar bastante, cambié mucho las ideas originales. Aporté cosas nuevas como flashback y mezclar aspectos del futuro y del pasado como más tarde haría Leone o Tarantino y sin ser una obra maestra creo que sí aporté aspectos nuevos con este trabajo.

He intentado siempre dar mucha fuerza a los personajes. Especialmente a la mujer, porque parecía que todo el mundo jugaba con ella y al final era ella la que jugaba con todo el mundo.

—En algunos de sus trabajos introduce nuevos aspectos estéticos a nivel de encuadres y cromatismo. ¿Qué cree que aportó en éste sentido?

—Mi propuesta estética es muy intuitiva. Jamás seguí unos parámetros concretos ni ningún manual. Desde los 5 años me nutrí de todo el cine que pude, de wéstern y de otros géneros y esto es fundamentalmente mi aportación, mi propia experiencia.

—¿Cree usted que el cine posterior ha perdido un poco el toque de delirio con respecto al cine que se hizo en los años 60 y 70?

—Creo que sí. Y creo que ha cambiado mucho en cuanto el aspecto de la violencia. El cine ahora es mucho más violento, además, conscientemente. Aunque quieran aparentar que no es violento. Realmente lo que ahora ha pasado es que el hombre es más malo en general.

—Siempre sus protagonistas rezumaron una gran «virilidad»...

—Es posible y es posible también que se haya producido un cambio que puede haber estado influido porque ahora la mujer tiene otro papel en la vida, en la propia industria, lo que haría que su influencia también contase.

A veces me pregunto qué actores podrían hacer ahora ese tipo de papeles tan «viriles» y encuentro que no hay nadie ni en Italia ni en Estados Unidos.

—¿Es cierto que a Morricone no le gustaba el wéstern?

—Ennio es un grandísimo compositor. Realizó las más grandes composiciones dentro del género y fuera de él. Todos sus trabajos fueron magníficos, como él. Es una vergüenza que nunca haya conseguido un Oscar.

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Amparo Gil GriñánAmparo Gil Griñán, nace en Valencia en 1971. Se licencia en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia en la especialidad de Pintura y Grabado en 1994. En 1997 obtiene el título de Fotógrafa profesional en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia.

Desde 1994 hasta el año 2000 realiza diversas Exposiciones de Pintura, Grabado y Fotografía en diversos locales y centros culturales de la Comunidad. Es seleccionada en diversos certámenes de fotografía como en el XVIII Salón de Fotografía de Quart de Poblet (Valencia) en el Concurso de Fotografía sobre
Temas de Consumo de la Dirección General de Comercio y Consumo, en el VIII Certamen de Fotografía Vila de Paterna (Valencia) y en del Día del Consumidor, de la Dirección General de Comercio y Consumo (Exposición en Valencia, Castellón y Alicante).

Desde 1998 comenzará a colaborar como
free lance en la prensa gráfica y escrita para publicaciones locales (Cartelera Turia, Las Provincias, Agencia Cover (Madrid)) cubriendo festivales de cine como el San Sebastián, Cinema Jove y La Mostra de Valencia, Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, etc. En 1999 realiza el proyecto fotográfico El Cuerpo, para la Escuela de Artes y Oficios de Valencia. Proyecto que es seleccionado en el II Fotoencuentro de Almussafes (Valencia). Realizó en los siguientes años numerosos encuentros, seminarios y cursos de fotografía con importantes fotógrafos del momento como Humberto Rivas, Ouka Lele, Ciuco Gutiérrez, Rafael Navarro y Alberto García-Alix.

En el 2000 colabora con el equipo técnico y realiza un texto para el catálogo de la exposición
La Campaña de África, un encuadre aéreo, en el Museo de la Beneficencia de Valencia. Este mismo año hace la foto fija en el rodaje Aprés le trou, del crítico valenciano Antonio Llorens.

Desde el 2001 y hasta la actualidad se encarga de la gestión y dirección tanto de la tienda como del Taller-Escuela Regalhadas desarrollando talleres a nivel docente, coordinando exposiciones, etc. En proyecto se encuentra preparando el guión y la dirección del cortometraje
Zorra.

Web de la autora: http://www.amparogil.es/



Artículo publicado en el n.º 33 (abril-mayo de 2007) de la Revista Almiar. Reediciones en marzo de 2014 y octubre de 2019.



Sugerencias

Mystic River, de Clint Eastwood

Los peligros del río: «Mystic river» (artículo)

Relato La soledad de la gata

La soledad de la gata (relato)


  • Créditos

    Revista Almiar (2001-2019)
    ISSN 1696-4807
    Miembro fundador de A.R.D.E.
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