Fotografía: Pedro M. Martínez

Sobre la relación dialéctica entre la cultura, los medios de comunicación y la ideología

Norton Contreras Robledo


Resumen: En los últimos tiempos hemos sido testigos de un desarrollo y avance en los medios de comunicación que no nos hubiésemos imaginado hace algunos años. Este se ha ido dando paralelamente al proceso de globalización en el desarrollo social. La globalización abarca a todos los ámbitos y esferas de la sociedad, desde la base económica a la superestructura, en la cual la ideología forma parte importante. Este trabajo trata de sobre la relación dialéctica entre la cultura, los medios de comunicación y la ideología.

Algunas palabras a modo de introducción

Escribo este ensayo en memoria a mi amiga y camarada Celia Hart Santamaría, muerta en un trágico accidente de tráfico. El accidente ocurrió la tarde del domingo 7 de septiembre en el distrito Miramar de La Habana. Lo escribo teniendo en cuenta el pensamiento de Celia, y su idea de que el oficio de escribir debemos de asumirlo con actitud militante y desde posiciones revolucionarias. Y que digan las verdades, no las que dicen los dueños del poder y los medios de comunicación. Sino la de los que pagan con sus vidas, las riquezas acumuladas en el imperio. Allá al Norte del... Río Bravo.

Celia sabía transmitir, y cualquiera captaba al instante de conocerla, su pasión por la revolución. La lucha contra el imperialismo y por la revolución socialista hervía en su sangre y la llenaban de una energía contagiosa y optimista. Ese es el legado político que nos ha dejado. Ese es también nuestro compromiso y nuestra mejor manera de recordarla. Sé que Celia ha dejado de pensar pero que no ha muerto. Porque su vida, sus ideas y su militancia consecuente y revolucionaria estarán siempre en nuestras vidas y en las de las generaciones futuras. Es la certeza de que su alma de que su espíritu revolucionario seguirá proyectándose a través del espacio y del tiempo. Siento como antes su cercana presencia, espiritualmente siempre ahí cerca y transparente. Con la palabra precisa y la sonrisa perfecta que pintaba la vida de colores y alegrías.

Leo sus cartas y en ellas sigue viviendo. Leo sus cartas y son los días antes del 24 de marzo del 2008, yo andaba preocupado porque no lograba escribir el poema que le había prometido al compañero Raúl Isman, Director de Redacción Popular, de Argentina. Era para una Antología Poética alusiva a los 32 años del golpe militar en Argentina. La poesía no podía estar ausente en este recuerdo. Le hablo de mi preocupación y entonces me dice, mejor dicho me aconseja: «Basta que te mires a flor de piel. Mover los dedos en un teclado es tal cual el juego ese de los espiritistas, que no recuerdo su nombre... que son los muertos quienes hablan.

Tus muertos y los de Argentina están en tu alma, están cerca de tus dedos y no de los de Celia, que tan solo los conoce intelectualmente... Deja que hablen esos muertos en tus dedos por teclado. Confía en mí...

Cuando hago los cantos íntimos... es eso. No son ensayos ni nada son erupciones volcánicas del alma... Escribir es la forma más coherente de pensar, sentir, comunicar.

Así que... respira... mira a la ventana coloca tus dedos en el teclado piensa y siente…

¡Listo!

Espero ver el escrito». (1)

Recuerdo que la magia y el embrujo de tus palabras se apoderaron de mi esencia y apenas terminé de leerte. Los versos del poema, La memoria de los tiempos idos, comenzaron a llegar a caudales, diáfanos, cristalinos, como el agua que baja de las Alturas cordilleranas. Entonces comencé a escribir el poema:

Una mujer con alma de escritora,
y con actitud de maga espiritista,
me habla desde las distancias estelares, me dice que
me mire a flor de piel,
que ahí están los recuerdos, los nombres de los

muertos...
(2)

1- Sobre la cultura

Mis primeros contactos con las palabras escritas me dejaron maravillado por el asombro y la inevitable certeza de que lo que veían mis ojos era un misterio inalcanzable a mi entendimiento. En los meses siguientes seguían siendo un misterio y yo sospecho que ese fue el motivo por la cual mi madre me retiró de la escuela y me devolvió a mi oficio de pastor de cabras. Pero mi corto periodo escolar me había dejado la curiosidad por las palabras. En casa miraba los libros de mis hermanas y poco a poco comencé a juntar letra a letra. Esa era la clave para descifrar los escritos. Podía formar palabras que decían cosas. Empezaba a comprender y mientras más aprendía a leer más iba entendiendo.

Qué bonito y maravilloso fue cuando en mi infancia, aprendí a descifrar ese montón de garabatos. Ellos abrieron las puertas que me permitieron llegar a sitios y viajar a lugares remotos que jamás hubiera podido imaginar. Recuerdo como si fuera hoy que sentado bajo las sombras de un árbol, mientras las ovejas y las cabras pacían, yo con un libro en las manos me transportaba a lugares lejanos. La naturaleza, sus colores, olores y sabores, las gentes, sus vidas, sus trabajos, aparecieron ante mí con un nuevo significado, mis ojos lo veían de forma diferente, las sentía de otra manera. Estos sentimientos alimentaron mi alma con vivencias y emociones que soñaba con plasmar en el papel, para que otros, al igual que yo había leído sus experiencias, pudieran leer las mías, entrecerraba los ojos e imaginaba estar escribiendo en mi cuaderno lo que yo veía, lo que yo miraba y lo que yo sentía. Este sentimiento permanece en mí a través del tiempo y del espacio. Y ha sido lo que me ha motivo en este tímido intento de escribir este ensayo. Lo escribo con el convencimiento de que la lucha ideológica tiene un papel relevante y de primer orden en este siglo XXI.

Recuerdo como si fuera hoy, mi niñez, cuando vivía en el pueblo de Canela una pequeña comunidad campesina ubicada en el norte chico de Chile, mis primeros contactos con la cultura, y las diferentes formas y manifestaciones culturales fueron: las trillas, los rodeos, y los partidos de fútbol y la caza de liebres de los domingos. Las veladas-tertulias culturales que se hacían en la plaza del pueblo. Los trabajos artesanales hechos por los habitantes del pueblo de Canela. De sus manos salían volando, como los pájaros del nido, ollas, floreros, fuentes, jarros y vasos de greda. Y cómo olvidar las mantas, ponchos y frazadas de lana que mi madre tejía. a los que les daba tonos multicolores con hojas y raíces de árboles y arbustos. También a mis recuerdos viene la semana del mes de María, sí me parece verme a mí mismo y a mis hermanas eligiendo las flores más lindas del jardín. Las que al final de la misa llevábamos al altar, cantando «Venid y vamos todos, con flores a María, con flores a María que madre nuestra es».

En estos recuerdos de mi niñez asociados a mis vivencias culturales, están además la siembra del trigo, maíz, papas. En fin de todo los que nos daba el alimento de cada día. Recuerdo que era muy temprano y en el firmamento se veían las estrellas, yo con la ilusión de mis 6 años, imaginaba que iba sembrando cielo para cosechar estrellas. En estos recuerdos están la magia y el embrujo de las palabras en la voz de mi Madre Encarnación Robledo, contándonos cuentos y historias diferentes cada noche. Mis hermanas y yo sentados en círculo alrededor del brasero, nos transportábamos con la imaginación a los mundos y escenario de los relatos. Cómo olvidar a mi Mamá Julia cuando tocaba la guitarra y más que interpretar la hacía hablar. Julia (le decía y era Mamá Julia, porque también me amamantó, cuando la leche materna fue escasa). En la voz y acordes de la guitarra de Mamá Julia oí las canciones que muchos años más tarde le oiría a Violeta Parra.

Al relatar todas estas vivencias de mi infancia, lo hago porque las considero como mis primeros contactos con la cultura. Lo hago con la idea y la creencia de que si dejamos de lado algunas definiciones y conceptos elitistas sobre la Cultura, podemos decir que no hay nada en la actividad humana que no tenga una connotación cultural, incluso la producción de bienes destinados a la satisfacción de las necesidades materiales o espirituales de la gente.

2- La cultura y los medios de comunicación

En la difusión de la Cultura, los Medios de Comunicación: prensa escrita, radio, televisión, eventos culturales y deportivos, tienen un rol muy importante en el sentido de que los valores y los conceptos culturales que recibimos a través de los diferentes Medios de Comunicación sean un aporte al desarrollo del ser social, es decir del individuo y promuevan el enriquecimiento de la conciencia social de la humanidad. Una conciencia donde los valores de la solidaridad contrarresten el egoísmo y el individualismo, donde el amor a la naturaleza conlleve a cuidarla y a vivir en armonía espiritual con ella, donde los recursos naturales sean concebidos y entendidos como recursos de toda la Humanidad, y a partir de esta concepción defenderla de quienes guiados por el egoísmo y ansias de dinero arrasan con los recursos naturales sin importarle las consecuencias que acarrean para el planeta.

La humanidad necesita una Cultura donde los valores de amor hacia el prójimo, de igualdad social, de solidaridad y de democracia sean los elementos que contribuyan a la formación de las nuevas generaciones del siglo XXI, este siglo en el que el desarrollo de los medios de comunicación y el proceso de globalización marcan la tendencia del desarrollo social, las ideas y los conceptos que éstas encierran tienen un papel de primer orden. Es en este sentido que se necesita una cultura donde los derechos de la mujer en igualdad con los derechos del hombre deben de estar en primer plano, y donde los derechos de los niños deben de ir de la mano con los derechos de la mujer. Se debe ofrecer una Cultura donde esté presente como algo fundamental la tolerancia, comprensión, respeto y aceptación a la diversidad sexual, y dar el derecho a la libre elección de la opción sexual la categoría y connotación de uno de los derechos humanos.

Como he expresado anteriormente, en la difusión de la cultura, los medios de comunicación juegan un papel relevante y de primer orden. Entre la cultura y los medios de comunicación existe una relación dialéctica.

3- Sobre la ideología

El revisionismo ideológico del siglo XXI, es el caballo de Troya del imperialismo. La ideología burguesa en los últimos años se ha visto reforzada por:

1- La dominación política, económica y militar de los EE.UU.
2- El revisionismo ideológico del siglo XXI.
3- El desarrollo de los medios de comunicación y el poder de éstos en manos de las grandes empresas multinacionales, verdaderos centros hegemónicos.

Es en este marco, en este terreno en que la ideología burguesa a través del revisionismo ideológico, se manifiesta en general por la condena al socialismo, por la negación de éste como sistema que pueda satisfacer plenamente las necesidades materiales y espirituales de las gentes y de las grandes masas hoy desposeídas de esas necesidades. Para esto usan como argumento los errores, las faltas y deficiencias y en particular de los derechos humanos cometidos en el ex «sistema socialista» y a partir de ahí confundir a las personas en relación a la teoría y la práctica. Por eso es necesario dejar en claro que si absolutizamos la práctica, las formas como tratamos de concretar los aspectos teóricos entonces se tendría que condenar el catolicismo, porque bajo sus banderas se llevaron a cabo las guerras de las cruzadas en Europa, la Inquisición en todas partes y en el nombre del Catolicismo y en la conversión a su fe se destruyeron pueblos y culturas en un Nuevo Continente, en América y se exterminaron a millones de habitantes originarios. Y también habría que condenar al liberalismo, porque para la concreción a la práctica de la teoría neoliberal de libre mercado se impusieron a los países a sangre y fuego; siendo en Chile donde los Chicago boys mostraron la cara más cruel, despiadada y siniestra de esta política con su servidor y lacayo Pinochet y la derecha. Y no hay que olvidar al partido de la «democracia cristiana». Todos hoy autoconvertidos en los exponentes de los valores cristianos y auto proclamados defensores, representantes y preocupados por los intereses de las grandes mayorías.

En particular, el revisionismo ideológico se manifiesta por un lado por la negación de la lucha de clase como medio para la conquista del poder y por el cuestionamiento al rol que le cabe al proletariado en esta lucha, argumentando los cambios producidos en su seno por la revolución científico técnica y ahora por la revolución informática. Y por otro lado en la critica al marxismo y la negación de su vigencia.

Como alternativa al socialismo, el revisionismo ideológico y sus representantes los reformistas y oportunistas nos ofrecen un sistema más sutil y difuso, «el Estado de Bienestar General» en donde la lucha de clase no es necesaria sino que es la cooperación, el acuerdo y la comprensión entre las clases. Lo más trágico y patético es que ellos mismos se lo creen o al menos eso parece y es en definitiva lo que dan a entender. Sino, ¿cómo es posible? que este sistema social tome fuerza en diferentes países y en particular en América Latina, ¿cómo es posible que partidos de izquierda con su actitud política apoyen a estos gobiernos? Y los representantes de estos gobiernos se creen eso de «el Estado de Bienestar General» y se esfuerzan en esto y a veces cuando los militantes de los partidos que están en el poder y que representan este sistema dan cuenta de su quehacer o de su gestión, uno mismo tiene la sensación de que el que tiene ahí en la televisión no es un político sino un ilusionista y por su forma de hablar y por su forma de mirar dan la impresión de estar haciendo un esfuerzo mental sobrehumano para que uno se crea las cifras y las estadísticas que demuestran que el país está bien «pero no tan bien como nosotros quisiéramos, pero en eso estamos en las medidas de nuestras posibilidades». Están también los tremendistas, inauguran un policlínico y nos dan a entender que con eso están resuelto los problemas de salud de toda la población, o aquellos que inauguran 20 viviendas y nos hacen creer que ya con eso está resuelto el problema habitacional de miles de ciudadanos, incluso hay quienes son más visionarios y coordinan a nivel latinoamericano una campaña «Un techo para mi país» y tratan de convencernos de que ese es el camino, de que esa es la forma de resolver el problema de la vivienda que miles y millones de latino-americanos y de los países en vía de desarrollo tienen. Y por último están los renegados los que habiendo sido de la izquierda y habiendo pasado por diferentes metamorfosis políticas e ideológicas hoy defienden al capitalismo y a la política neoliberal de libre mercado.

En realidad lo único que el «sistema de bienestar» ha hecho es tratar de maquillar el sistema capitalista. De dibujar una sonrisa o una cara más humana. En ninguno de los países en que se lleva a cabo este proyecto se han observado cambios económicos y sociales que conlleven a cambios estructurales en la sociedad, cambios que signifiquen y tiendan a mejorar las condiciones de vida de las mayorías, que no tienen acceso y posibilidad al trabajo, a la salud, a la educación, a la cultura y a la vivienda. En todos los países de América Latina que se lleva a cabo este proyecto, generalmente los políticos que en su programa electoral llevan promesas al pueblo, a los sectores más desposeídos y marginados y que creídas por estos, conllevo a que llegarán al poder y no han hecho ya estando en él nada más que continuar con la política neoliberal… sucede en Chile y es la tendencia que se da en el Brasil de Lula. Y es por eso que detrás del maquillaje que le han hecho a este sistema sutil, amorfo y híbrido se puede vislumbrar tras las tenues cortinas del revisionismo, del reformismo y el oportunismo la cara siniestra y cruel del capital. Por todo lo anterior y mucho más se puede afirmar que el revisionismo ideológico del siglo XXI, es el caballo de Troya del imperialismo y fortalece la ideología burguesa.

En Europa el pueblo y el electorado de izquierda le pasó la cuenta. En las últimas elecciones casi han desaparecido del mapa político.

4- Sobre la relación dialéctica entra la cultura, los medios de comunicación y la ideología

A modo de conclusión: Decía anteriormente que entre la cultura y los medios de comunicación hay una relación dialéctica. Esta relación dialéctica también se da entre la base económica y la superestructura de la sociedad. La superestructura es dependiente de la base económica en cuanto a que es ésta la que determina la superestructura política e ideológica de la sociedad. La función social de la superestructura consiste en defender, proteger, fortalecer y desarrollar la base. En la sociedad capitalista dividida en clases antagónicas, la superestructura asegura el dominio político e ideológico de la clase capitalista, que ocupa la posición dominante en la economía. Esto lo hace a través del estado.

En la vida y en un sistema social, nada es tan rígido y determinado. La superestructura tiene una dependencia relativa de la base. La base económica influye en la superestructura a través de la conexión de intereses económicos y políticos representados en las diferentes ideologías, clases y organizaciones políticas que las representan. La historia de la humanidad y del desarrollo de la sociedad es el producto de la lucha de clases. Es a través de la lucha de clase que se puede cambiar la base económica de la sociedad y por ende la superestructura.

La cultura, los medios de comunicación y la ideología están en interacción, en relación dialéctica. Se podría pensar que están sobre los intereses de las clases, en realidad no es así. Es más, la lucha ideológica es una forma que adquiere la lucha de clases.

El desarrollo de los medios de comunicación y el poder de éstos en manos de las grandes empresas multinacionales, verdaderos centros hegemónicos. Ellos usan estos medios para difundir las ideas y valores que conllevan a propagar, defender sus intereses. Y a preparar a la opinión publica para que acepten y justifiquen futuras acciones. Para conseguirlo manipulan la información, disfrazan, deforman la realidad social y política del mundo circundante. En este sentido queda de manifiesto que hay una unidad dialéctica entre el imperialismo norteamericano y las multinacionales de los medios de comunicación. Son su herramienta a través de la cual el imperialismo lleva a cabo la cruzada ideológica. En la cual diversionismo ideológico es el modo operativo. Y cuando las circunstancias y los acontecimientos lo requieren montan campañas y grandes operativos mediáticos.

Quisiera ser alquimista,
unir las letras milenarias,
organizar, construir
cimientos de futuro
en espacios vacíos,
en laberintos sin sentido y
valores de hojarascas.
Al principio todo era sombra, oscuridad.
El verbo trajo la luz.
Las palabras mueven la vida,
son las ruedas de la historia.
Siempre que mires con una
doble mirada.
Cuando los tabúes,
mitos,
leyendas,
cuentos
mentiras
cubren tus ojos.

Quedas prisionero en las palabras.
(3)


______
Notas:
(1) Extracto de la carta de Celia Hart Santamaría.
(2 y 3) Del poemario Tiempos de amor y de guerra, de Norton Contreras Robledo (Otra Dimensión Editores/ Belgeuse Grupo Editorial – 1.ª edición: septiembre de 2008).


* * * * *


NORTON CONTRERAS ROBLEDO (Canela, Chile). Miembro de La Organización Cultural Víctor Jara. Colaborador de Panorama Cultural (Latinoamericanos en Suecia). Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español: REMES y de la Asociación Internacional de Comunicadores y Periodistas chilenos en el exterior: AICPCH.
Es Comunicador Social, escribe artículos, culturales y políticos. Los que han sido publicados en la prensa escrita, Liberación, (Suecia), Tribuna Popular, (Venezuela), y páginas y diarios digitales. Cultiva el cuento y la poesía. Estudios inconclusos en la Facultad de Educación y Letras de La Universidad de Chile. Estudios de Psicología Social, Historia y Filosofía, en la Academia de Ciencias políticas, en Sofía, Bulgaria (1981-1982).
Desde 1996 trabaja de asistente en los archivos de la Ciudad de Malmö, perteneciente al organismo cultural de Malmö, Suecia, que incluye Museos, Bibliotecas, Archivo, Escuela de Arte y Galería de Arte.

Web: Voz al mundo.com

📸 Ilustración: Fotografía por Pedro M. Martínez ©

📰 Artículo publicado en Revista Almiar, n. º 48, septiembre-octubre de 2009. Página reeditada en julio de 2019.

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