Los pedazos
de poemas que leo
se confunden con mi cuerpo.
Un más allá del adiós
lo siento en mi costado
como una herida que no cicatriza.
Una palabra no dicha la siento
como ese vacío que explotará algún día.
Una burbuja tornasolada
es el patente sentimiento
de ser un poco más frágil
en la verdad que en ese verso.
Y todo danza y se confunde conmigo
y se vuelve verdad
si asomo a mi última confesión,
una donde era más que mi ser,
mi alma gritando e implorando auxilio.
Esta soledad en multitud
o acompañado siempre no tiene sentido.
Nadie sabe dónde estamos esos
quienes tenemos esta ausencia,
esta falta de algo.
Dejé hace poco un conjunto de «¿Cómos?»
arrimados a tres estrofas
y no supe el porqué se perdieron
y ahora se pasean por mis ojos del verbo,
sin que hayan llegado a donde iban dirigidos
y casi creo que siguen ardiendo.
No tengo respuestas.
No tengo más a dónde mirar que a mis libros;
al negro primero de pasión infestado,
al verde entregado en medio de un aguacero,
y a éste... que pervive neciamente
porque lo has de recibir.
Estará en el mismo altar de la bolsa
donde reposan mis sueños
y mis lenguas de fuego.
_________________________
FRANCISCO
PINZÓN BEDOYA.
Poeta colombiano (Líbano, Tolima, 1956). Es docente universitario.
Ha publicado el poemario Encuentro (1999). Textos suyos han
aparecido en publicaciones digitales como Poesía en español
y Almiar - Margen Cero.
Contactar con el autor:
poesia_fpb[at]yahoo.es
Ilustración poema: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©