Todo tiene un nombre
Se
debe llamar a las cosas por su nombre,
los hechos, por su nombre,
con la exacta palabra
o el término correcto.
No es tiempo de eufemismos
ni de medias verdades.
Torturar es producir
a las personas o a los animales
un dolor intenso.
Los feroces torturan la alegría.
Acariciar es rozar o tocar algo
muy despacio, suavemente.
Caricias de belleza resplandecen
en las manos del hombre que ha aprendido
a cabalgar en la
quietud de un verso.
La violencia es la acción de usar
la fuerza y la intimidación
para conseguir algo de un ser humano.
Los feroces, con puños asesinos,
violentan el espacio
El diálogo es una discusión
de distintos puntos de vista
para intentar lograr un acuerdo
o un acercamiento entre posturas.
La palabra acercó los corazones
que ya no padecieron jamás frío.
Escasez generalizada de alimentos
es la hambruna.
Los feroces acaparan, negocian, firman pactos
y organizan eventos de estómagos saciados.
Escupir es arrojar algo con la boca.
Los feroces escupen
sobre el silencio de los muertos.
Besar es tocar algo o a alguien con los labios juntos
y separarlos haciendo una pequeña aspiración,
en señal de saludo, cariño, amistad o reverencia.
¡Qué bella es la sorpresa de un beso
cuando es otorgado con sencillez de espuma,
como si el mar dibujase en la mejilla una ola!
La tolerancia es el respeto
hacia las opiniones o prácticas de los demás.
Hay belleza en la faz del tolerante
pues ha vencido al miedo.
El racismo es un sentimiento de rechazo
hacia las razas distintas a la propia.
La tierra resplandece de armonía
cuando los seres que pueblan sus encantos
abrazan su perfectas diferencias.
La homofobia es el rechazo a los homosexuales.
Los feroces dividen, separan y critican;
persiguen y acorralan
creando estúpidas historias
referentes a hipotéticos armarios.
Se debe llamar a las cosas por su nombre,
a los hechos, por su nombre,
con la exacta palabra
o el término correcto.
Así, el amor es el conjunto de sentimientos
que ligan una persona a otra,
o bien a las ideas o a las cosas.
El amor es la base de las pequeñas cosas,
de los grandes acuerdos, de las risas serenas.
El amor es la clave de todos los enigmas.
El amor es ternura, tolerancia, respeto,
libertad y empatía.
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María José Arques Cano.
Nacida en Alicante, es hija del humorista alicantino, José Arques, TOLO,
que
le animó a escribir sus primeros relatos y poemas, aún siendo muy niña.
Fue colaboradora en Radio Cadena Española por su emisora en Alicante,
donde dirigía el programa Los niños, en el cual leía sus cuentos
infantiles.
Ha publicado relatos y poemas en varios libros colectivos como Entre
azules y blancos, Velázquez 18. Poemas, Hablan los poetas,
Encuentro de poetas de Anuesca y
Miguel Hernández. Evocación y homenaje en la Sede Universitaria de Alicante.
Es
presidenta
de la Asociación Cultural Auca de las Letras de Alicante y directora de
la revista literaria y artística AUCA.
Contactar con la autora:
mariajoseac[at]ono.com
Ilustración poema: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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