Con la boca.

                     Mordiendo

los torneados perfiles, como ideas

extirpadas del pensamiento.

Con los dedos.

                          Aflorando

su jugo salvaje de frutos maduros

            de soles y vinos.

Con los labios.

                           Besando

la pulpa ambarina

          cetrina o rosada.

Con la vida.

                    Devorando

más vida, en intensa caricia

de gargantas sedientas…

Un racimo de uvas blancas

se disuelve en mi mano.

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Pequeña, celeste

La princesa
Creció como el viento
de la mañana.

Risas y llantos
En el camino (Desde
la torre a su cama).

Partió con su pequeño 
equipaje de justicia, 
encontró la paz esperada.

Bella, la princesa,
vivió encadenada
a su propia tristeza.

Melancólica, 
Adolescente.
Despertó Cenicienta.

Durmió otro sueño
eterno, se soñó mariposa
Para volar de nuevo.

Despertó paloma
La rama de olivo 
la paz y el cariño.

Despertó muchacha, 
en las viñas preciadas
y llenas de brillo.

Amasó futuro, amores
y niños, palomitas blancas,
ramitas de olivo.

Despertó mujer
¡Amor de mujer
Candelas y trigo!

Compró moneditas
de renuncias vanas
y caros destinos.

¡Pobre la princesa,
casi ni recuerda
a la niña pequeña!