Textos
(De La Escuela de Matucana, año
2004, inédito)
Pudo haber sido
la escuela de Friburgo
pero el silencio no nos sentaba bien
preferíamos el grito y la histeria
la daga mortal de quien juega sus cartas
en un circo imaginario
más cerca de Benjamín que de Adorno.
Besándonos descaradamente
con las gotas de modernidad
que golpean la acera,
en la pulsación de la vida y la muerte.
Fuimos desde el inicio
el curso perfecto
para asegurarnos un lugar
en el mausoleo de los innombrables.
Busqué las huellas de tú cuerpo
si por buscar entiendes:
husmear los rincones de un puterío
zanjar las dudas que tuve
cuando nos topamos
y re-topamos en el privado
de Mc-Iver.
Busqué si entiendes por ello
indagar por la ruta de tu nombre
y de tus hombres.
No lo hice, ni lo haría
si supones por ello
repasar los camastros
con el olor de tu sexo
tropezar con tu ausencia
a costa de rasgarme
las rodillas.
Qué palabra
Qué imagen
Qué verso
Escrito aquí/ahora
Merece la totalidad
de la hoja en blanco.
Queríamos llegar a Frankfurt
y no teníamos otra cosa
que un pasaje a Matucana
Meamos cada paradero
Manoseamos paredes y esquinas
escribiendo como un par-pa-de-o
un guiño
una exaltaciónnnnnnn
Conocimos las cunetas cual ciego
recién ingresado al club mendicante.
La hoja en blanco para nosotros
fue una mancha de baba y sangre.
Hicimos recorridos necesarios
de lecturas innecesarias.
Terminamos como tantos
en un mostrador
una vitrina
Estrujando las tripas en un pub
condenados a la relectura.
¿Para qué se
escribe?
Para escapar de la mentira
o para mentir
descaradamente.
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Aldo Jara
Reyes es un autor
chileno
omarliter[at]yahoo.com
Ilustración poema:
Kinoeyeone.
Licensed under Public domain via Wikimedia Commons.
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