Roberto García
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Fotografías

Un fotógrafo sin miedo

Tobias Gregson tiene una doble vida, o quizás es Roberto García quien la tiene. No se sabe muy bien dónde empieza la persona y dónde acaba el fotógrafo. Lo que sí está claro es que Tobias Gregson tiene el corazón partido. Como una suerte de héroe urbano, abandona su vida civil y se cuelga su cámara al cuello para sacar a la luz lo que su «maldita cabeza» le dicta.

Como él dice, no es un artista profesional ni aspira a serlo, tampoco es un aficionado a la fotografía ni aspira a serlo. Si se le arrincona puede acabar admitiendo que hace lo que hace por desobediencia, porque se siente comprometido ante lo que sucede a su alrededor.

En Hito (Cuenca)

En líneas generales, la obra de Tobias Gregson se puede definir como retratos del subconsciente social, retales de realidad que se resisten a ser revelados de manera expresa y que permanecen escondidos a la luz. Buen ejemplo de ello es «Mujer inmigrante (que sobra en nuestro país) dirigiéndose a una casa española para limpiar» donde pone de manifiesto la hipocresía social respecto al fenómeno de la inmigración en nuestro país, o «Bulto sospechoso abandonado en la calle» donde juega con la indiferencia hacia los mendigos y la creciente neurosis por la seguridad en las ciudades.

Asimismo, es patente en su fotografía la influencia de diversas corrientes artísticas como el realismo, el dadaísmo y el arte urbano, este último de gran importancia en sus imágenes ya que concibe a la ciudad como núcleo de ese subconsciente que pretende retratar. De hecho, reconoce su predilección por el graffiti, la performance o el activismo dentro de las urbes, como manifestaciones artísticas libres, sin intermediarios ni restricciones.

Otro punto importante en su obra es la relación que guarda el título con la fotografía. Efectivamente, título e imagen van íntimamente conectados, de tal manera que ambos se retroalimentan para conseguir el resultado final: una escena que por fin se convertirá en algo real, como él dice, ya que ambos elementos por separado no serían suficientes para expresar la intención perseguida.

En definitiva, Tobias Gregson juega con el espectador utilizando la ironía, la crítica y el humor para hacerle despertar de su letargo y mostrarle la realidad tal como es, sin censuras, sin tabúes, sin miedos.

Tobias Gregson tiene una doble vida y por eso se esconde detrás de una cámara, para retratar anónimamente la realidad, porque reconoce que de otra manera su trabajo sería más prudente y comedido.

Él lo sabe y su maldita cabeza también.

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Beatriz Arazo Peña
octubre de 2008


Acerca de Tobias Gregson
-Roberto García-

Tobias Gregson soy yo, o quizás soy Roberto García.

En cualquier caso soy yo.

Nací en 1982 y vivo en Salamanca.

Si tengo que definir mi trabajo te diré que me dedico a fotografiar el mundo que veo persiguiendo un ideal realista, que convierta mis imágenes en espejos de la sociedad y de mi mismo.

En este sentido, atribuyo a mis imágenes títulos o interpretaciones que por fin las conviertan en algo real. No me conformo con una imagen sin más, sino que pretendo ahondar en la realidad que se esconde detrás esa imagen.

Juego con la crítica, el humor y el descaro. Huyo de las composiciones que me parecen aburridas y odio la fotografía amable de flores y pajaritos. Concibo mis fotografías dentro del tiempo y el espacio donde las hago.



En definitiva, persigo reflejar trazos de conciencia social, realidades que a veces están vetadas pero que sabemos que están ahí.

Por otro lado, también intento sacar a flote mi propia verdad. A través de la fotografía excavo en mi conciencia, en mi pensamiento y en mis miedos para descubrir quién soy y aceptarme. ¿Hay algo más real que uno mismo?

En los últimos tiempos me he interesado especialmente por el arte urbano y el activismo artístico. Movimientos que me fascinan por su valentía y puesta en escena. Creo que estas propuestas constituyen una nueva alternativa y son un verdadero ejemplo de arte, sin intermediarios entre el autor y el espectador.

Creo firmemente en el arte como curación y como espada ante lo que sucede a nuestro alrededor. No puedo obviar lo que mi maldita cabeza me dice, no puedo desentenderme de lo que me rodea. Es necesario romper con lo que nos dicen, con lo correcto y con lo que nos venden. No quiero ser un hombre de paja. Quiero descubrir la realidad por mí mismo.

Tobias Gregson constituye esa parte de mí que no tiene miedo. Después de mucho tiempo, tuve que dejarle salir a la luz, porque yo sabía que estaba ahí y mi maldita cabeza también.

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Presentación del autor en su página web:
http://www.tobiasgregson.es/



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▫ Artículo publicado en Revista Almiar, n. º 42, septiembre-octubre de 2008. Reeditado en julio de 2019.

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