ALMIAR

Margen Cero

Biblioteca de poemas
1.ª época (2003)
Selección: Antonio Alfeca


JUAN SOLO



Amanecer


No te inmutas por mi dolor, ni siquiera, me parece, te percatas de mis lágrimas… reflejo de tu sobrevivencia.
Combates a la luz robando la mía. Me exprimes. Casi flotas pero no; caminas. Ves tu alrededor traslúcido egoísta. No te soportas.
Has muerto desde que no decidiste hacer algo por vivir. Tú, ajeno al tiempo. No son tus manos filosas sino sensible mi piel. Pretendo ver en tu tez el color azul nocturno evolucionado de mi ser. Alimentas ese transparente cuerpo y de mi mano vacías tu alma también. Tú por la sangre, yo por mi orgullo. Por mi pretensión metafísica. Claro está que no es a ti a quien ves en el reflejo.
Cuán alto me siento pensando en volar sin saber. Cuánto ansío tus labios entre mis hombros y los míos. Ecuánime me estremezco y te comparto mi pulso.
Cómo antes saber podía que al final te haces oscuro, te internas en mi sombra que paulatina disminuye de tamaño al acercarme al suelo.
Con algo todavía de calor al cuello, un suspiro para decir adiós. Un parpadeo más buscando razones. Un sabio final, adiós al día, adiós a mi luz.


Amanecerte

Al llegar el miedo a esa tercera persona de la que te alimentas, llega a mí la certidumbre. Así soy robando mi fidelidad, intercambiándola por una delicia salaz. Y tú que sabes cómo volar te escondes bajo mi sangre; observándola endurecer.
Se te aclara la piel, se te incendia. Incrementa tu calor y me empujas desde dentro.
Vuelves al despertar yo, a morirte vos.


Amanecer

Son mis ojos quienes ahora te ven. Quienes gritan risas sobre el pasado.
Soy yo mismo quien se burla de ti, de tu nobleza ingenua debido al tono aún rosa de tu piel.
Soy yo, algo más gris, algo un poco diríase azul, sarcástico ya, por esta mi especie a la que despierto y me entrego hoy.
Son una extensión mis manos y no la punta de mi corazón. Soy el que amanécese así al fin, requerido de tu carmín interior. Orgulloso de su conocimiento maldito.
Ya me despierto al irse la luz, y ya lo observo todo como se ve cuando no lo toca la luz. Mi piel, mi cuerpo sin ella, reflejando nada en el de penumbra portal que os presento un instante antes de exprimirte, de vaciar tu alma también.
Luego me escapo, me refugio en lo que crees tu sombra. Y bajo tu tez, antes de tus hombros digo adiós a ese desahuciado vestigio de calor.



Contactar con el autor: cachun_cachun[at]hotmail.com

ILUSTRACIÓN TEXTOS: Fotografía por Pedro M. Martínez ©




Sumario del presente número de Mar de Poesías:

Manuel Lozano Carlos Barbarito Carolina Hodgson Claudia Ainchil Cristina Iáñez Daniel Martínez Diego Ferrero Francho Lafuente Gabriel Impaglione Gerardo Pennini Horacio Laitano Iván Oliver Jaddin José Vivas Jaro Godoy Jorge del Rosario José Geraldo Neres Juan Solo Lidón Montoliú Marcelo Mallea Marcos Vieytes Miguel Á. Ontanaya Óscar Portela Pablo Cassi Raquel Vega Susana Duro Unai García Vanessa Milagros Antonio Alfeca



Estos poemas fueron publicados en el n.º 14 de la Revista Almiar - ISSN 1695-4807
(diciembre de 2003) - Margen Cero™ es socio fundador de A.R.D.E.
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