Calzadas libres
Mira mis ojos
El mundo se refleja en ellos
Cuencas donde alojar los remolinos de gritos que callas
Por qué no enciendes el llamado en mis labios...
En esta noche en que los cuerpos son sudores
Y piden entregas bajo sábanas que nos harían cómplices entre la niebla
Entre los ojos del cazador y su presa...
Me acerco
Intuyo tu aroma
tus ojos en mí
al acecho
entre acertijos
Arcanos dispuestos a mis pies
La entrada al laberinto
Me hace sentir la sangre
de tu respiración...
Gira la manivela
Entra
Las puertas se abrirán
Allí entre las luces
Descalza estaré en el centro de la selva azul
Mis ojos se reflejarán en los tuyos
Pozos ocultos
Infinitos
Que trazarán una historia que sólo nuestras pieles recordarán...
Cazador frente a su presa
En las fauces llevas el sabor de mi sangre
La humedad
El sudor...
Es nuestra mirada
Deseo
Hambre
El mundo en mis ojos
El mundo en tus ojos
Solos...
Esta noche
Las calzadas estarán libres para la huella del cazador
Que persigue a su presa...
Crueles intenciones
Toma la mano
las tonalidades
anaranjadas
los azules
que se pierden en las pistas
en las murallas
en esta selva de pieles
sabores
lenguas
que claman un cuerpo
ahora y no después...
Anaranjado atardecer en contraste con la ciudad de hielo
pesadillas que penden de ojos arácnidos
no derrames el veneno en mi lengua
sin dejar que lo beba con los ojos abiertos
tiende la trampa certera
el telar que dibujaste en el portal
sabré atraparme en él
a ciegas
y sin ningún temor
esperaré la caza
esperaré que tus tentáculos sacudan mis sentidos
hasta que el veneno
mis venas
mis labios
sean uno
No retrocedas
no hagas de esta presa
un eterno Prometeo encadenado
sé certero en la herida
en la destrucción
cae a raudales sobre mi rostro enhiesto
y recobraré la realidad que dejé en el portal
con los ojos cubiertos
con el cuerpo húmedo
con la pasión
y el deseo
que devora
que enceguece
que vuelca sus crueles intenciones en mi pecho...
Cicatrices II
Cicatrices que permanecen
insomnio anclado a la piel
fuego que devora los cuerpos
trigo que murió como semilla
infinito desierto abriendo su boca
letanías que tatuaron mi alma
rituales que yacen en la carne
laberintos
océano
destello
El guerrero abandonando el hogar
la muerte con el rostro sin máscaras
es la visitante que morará en nuestros lechos
siempre fiel
ausente
austera
la carne se abre
la semilla muere
los párpados caen
las lágrimas devoran los minutos
una mano dibuja en la arena el futuro...
Recoge los cirios
encienden las hogueras
recobra el honor
no entregarás el cuerpo a ningún forastero
no entregarás tu secreto...
secreto de fragmentos de una pasión
que se gestó bajo eclipses de lunas...
estás en el templo
has descifrado los designios
los dioses confunden y enceguecen a los guerreros
no deseas oler la carne como se deprime bajo las llamas
no deseas ver su piel entre el rojo incandescente...
el mar limpiará mi ofensa,
sacrificaré mi historia,
cuando retornes
sé que el mar
será el testimonio de mi sacrificio...
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Carmen Rosales Vera es una autora chilena nacida en Santiago en
1971. Profesora, autodidacta de las letras, se define como una poetisa
contemporánea que juega con el contenido, el manejo del léxico y los diálogos.
Sus lecturas principales han sido la mitología griega y celta; los poetas
de la generación del 27 y el irlandés William Buttler Yeats. Obtuvo el
primer premio en el Concurso de Poesía Viento Nuevo organizado por la
asociación Amigos de la Poesía (Monterrey, México (mayo 2004), así como
mención de honor en el III Certamen Internacional de Poesía y Cuento Breve
Mis Escritos en Buenos Aires, Argentina (marzo 2004).
Contactar con la autora: ariannarasse [arrob@] hotmail.com
Ilustración poemas:
When your evil by Gravenrobber -
Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0
via Wikimedia Commons.
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