Jaime Fariña

El rosario

Se rezan diez avemarías
y un solitario padrenuestro.

Por sondables motivos,
las preferencias son de diez a uno.

El Padre fue incluido a última hora
y se le evitó una crisis de ansiedad.

Los cardenales insisten en que es contraproducente
que el Altísimo se sienta despechado.

Las preferencias por Dios son de uno a diez.
¿Quién da menos?, ¿quién quiere blasfemar más?

Quedaría de manifiesto que es el Señor
el que recibe toda la gloria, honra y plegarias.

Dios Padre estuvo a un pedo
de ser apartado del patético rosario.

El rosario, resumen del paganismo de etiqueta,
es la venda que te descarta de la salvación.

En una actitud malévola y distendida,
el clero te transporta a los sulfurosos brazos de María.

(Mateo 15:25 ; Mateo 11:28 ; Jeremías 33:)


Poemas Jaime Fariña

Su mes

En su mes está prohibido
relegar la divinidad del Espíritu Santo.
A ella hay que alabarle
con tal levedad y astucia,
que los católicos leídos pensarían
que adoran al Señor.
Mismamente sortearían el barullo de la idolatría.

En su mes,
a María se le reza con antorcheros,
se le canta con sopraninas y se le cabriolea,
para que creamos que únicamente alaban al Señor
subrepticia e incondicionalmente.
O por lo menos,
esta es la impresión primera que hay que traspasarle
a la lerda y ultrajada audiencia.
Las tácticas estiladas son de un alto coeficiente.

(Apocalipsis 5:13 ; Juan 5:23 ; Salmo 35:28)

La obra maestra

La armaron de a poco,
con sacrificio mancomunado y fétida inobediencia
a lo estipulado en la Escritura.
El proceso de meretricio fue lioso y pausado.
Los que partieron de este mundo
y que hoy reaparecerían para pedir perdón,
se atarearon con tesón y artimañas didácticas,
unos en el estrellato y otros en los arrabales,
en pos de una causa que hoy los emplea de queroseno
en el principado de los ángeles conjurados.

Jactanciosos exhiben una fina mercancía
que es la envidia insana de taumaturgos,
teorizadores, charlatanes e inversionistas:
la mariología.
No cualquier sociedad anónima cimienta una diosa
que le haga a todo y que haga de todo
y que además
sea la mamá del Hacedor.

(Isaías 46:9 ; 2 Crónicas 33:15 ; Ezequiel 14:5-6)


tiene 42 años, es contador auditor, jefe de finanzas de la Gobernación Provincial de Arica (Chile), casado y con una hija, cristiano protestante e hincha de River Plate y del «matador» Marcelo Salas, «que ya se recuperará».
Escribió diez libros, en los cuales critica al cristianismo, aunque repone: «Ojo, yo soy cristiano evangélico, pero me da asco el pastor consagrado al apostolado del dólar y a las ideas progresistas y conservadoras y a todo lo que se mueve». Según él mismo afirma, los católicos que han leído el poemario El ocaso del avemaría, al que pertenecen las muestras aquí publicadas, lo buscan para hacerle saber su descontento, a lo que, entre otras cosas, responde: «En USA más de cuatro mil sacerdotes han sido acusados de pederastia en los últimos cincuenta años. Esta es la punta del iceberg y los curas norteamericanos no son los peores. De la quiebra del Banco Ambrosiano, del lavado de dinero hablamos después... ¿Y por qué al papa Juan Pablo I todavía no le realizan la autopsia?».

Ilustración en poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Contactar con el autor: jfarina [at] interior.gov.cl

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