ALMIAR

Margen Cero

Biblioteca de poemas
1.ª época (noviembre-diciembre de 2005)
Selección: Antonio Alfeca




PILAR G. CUADROS
Hojas del árbol de la vida


Suave bálsamo el de la consolación.
El órgano místico dase en pocos hombres.
El amor satisfecho es muy dulce resignación.
Páginas brillantes de eruditos humillados.
Furia de carnaval sobre las praderas del asfalto.
La oscuridad del pensamiento fastidia.
Lo espontáneo atrae y subyuga el espíritu.
La obscenidad del habla conmueve al necio.
Se tolera de buen grado las ligeras incorrecciones
Nadie transige con la pedantería.
Quedamos suspensos ante lo incompresible.
Los malos prosistas parecen niños incautos.
El ripio es el recurso de los poetas tristes.
Un alma libre ha de renunciar al mundo.
Un alma libre entra en el campo de lo sublime.
El tejer enseña al hombre a vestir la verdad.
Ni la muerte es el límite de lo humano.
El dolor es el yunque donde se forjan los fuertes.
Ser un enemigo cordial es el arte de las artes.
Las impurezas del espíritu son fantasmales.
La impurezas de la carne se palpan.
Poco o nada es una mujer casquivana.
Poco o nada un hombre vulgar.
Los años compenetran caracteres y sentimientos.
El verdadero amor nace de la caridad…, de dos.
En la medula de los huesos está la sustancia del alma.
La sustancia del alma se coló por la puerta de la vida.
La tahurería es el arte de las urbes.
La voracidad no cesa ni devorando su presa.
El político incauto se devora a sí mismo.
El amor se desvincula de la amistad.
El amor es hipócrita cuando se dice rendido.
La amistad es un alma en dos cuerpos, «el otro yo»
Amenazan tempestades los viejos cansancio.
El renunciamiento es un fruto seco, dulzón.
Un barril de semillas, jardín del novelista.
Ancora de plata bruñida, el hogar del poeta.
La novela no inculca grandes pensamientos.
Los recuerdos obligados destrozan el deseo.
El atavío que nos presta este siglo, es de azucarillo.
La fe ha de ser robusta como roble montesino.
A la esperanza le basta con existir.
La vida del azucarillo es corta en café caliente.
Las lenguas muertas renacen entre detritus.
El ignorante: «Ha de ser tratado en lugar conveniente»
Moralista: «La vil materia sorprende al ser débil»
La Filosofía hurga el principio de las cosas.
La Religión busca un lenitivo inefable.
Al amor se le ama, sin ser correspondido.
El amor satisfecho es muy dulce resignación.
El verdadero amor nace de la caridad…, de dos.
El amor se desvincula de la amistad.
El amor es hipócrita cuando se dice rendido.
El amor hila en oro en el desván de los sueños.
El hastío en el amor gasta hasta la última moneda.
Mengua la fuerza del amor con la mansedumbre.
Es una tregua la dicha perdurable en el hombre.
No hay dichas perennes ni seguras, porque
las delicias inefables son negocio del espíritu.
Nace la verdad filosófica, en invitación consustancial
con la esencia de la naturaleza humana.
La conciencia es un grado en la milicia de la vida.
La libertad se instala para siempre en el corazón
donde nadie puede empañar su grandeza.
Páginas brillantes de eruditos humillados
son furia de carnaval sobre las praderas del asfalto.
La oscuridad del pensamiento fastidia.
Lo espontáneo atrae y subyuga el espíritu.
La obscenidad del habla conmueve al necio.
Se tolera de buen grado las ligeras incorrecciones
mas nadie transige con la pedantería.
Quedamos suspensos ante lo incompresible.
Los malos prosistas parecen niños incautos.
El ripio es el recurso de los poetas tristes.
Los poetas y los místicos andan como de la mano
en esto de las contiendas del espíritu.
El tejer enseña al hombre a vestir la verdad.
El órgano místico diese en pocos hombres.
Ni la muerte es el límite de lo humano.
Con el trasplante del alma todo termina.
Universo: armonía peligrosa del orden.
Evolución: mismo programa con nueva configuración.
Cosmos: conjunto de cadáveres celestes.
El Caos invita a las almas primerizas.
El Caos rechaza la finalidad del alma simbólica.
Ser un enemigo cordial es el arte de las artes.
La amistad es un alma en dos cuerpos, «el otro yo»
Los años compenetran caracteres y sentimientos.
Las impurezas del espíritu son fantasmales.
La impurezas de la carne se palpan.
Dios Se vistió de hombre a la diestra del Padre.
El cristiano: a Él le cuadra, sólo, «ser sí mismo».
Conocerse «a sí mismo» es pleonasmo retórico.
El alma buscará siempre su anterior cuerpo.
En la medula de los huesos está la sustancia del alma.
La sustancia del alma se coló por la puerta de la vida.
El cuerpo es un animado edificio con oficinas dispares.
Un alma libre ha de renunciar al cuerpo.
Un alma libre entra en el campo de lo sublime.
Poderoso alimento del alma, son las ilusiones.
La tahurería es el arte de las urbes.
La voracidad no cesa ni devorando su presa.
El político incauto se devora así mismo.
Amenazan tempestades los viejos cansancio.
El renunciamiento es un fruto seco, dulzón.
Los recuerdos obligados destrozan el deseo.
El atavío que nos presta este siglo, es de azucarillo.
La fe ha de ser robusta como roble montesino.
A la esperanza le basta con existir.
Al ignorante: A de ser tratado en lugar conveniente.
Moralistas: «La vil materia sorprende al ser débil»
La Filosofía hurga el principio de las cosas.
La Religión busca un lenitivo inefable.
La inspiración mística toma por asalto.
El espíritu es un sentimiento de la Naturaleza.
El agro, agradece el brazo que le hiende.
El peregrino siente por dormitorio el mundo.
La virtud corre en lenguas del silencio amordazado.
El peligro del manso es solapado, fiero.
Inteligencia e imaginación son signos dobles.
El perdón granjea paz a quien lo otorga.
El perdón busca refugio en el olvido.
No hay olvido, el perdón es una fiera mansa.
El corazón es un órgano huérfano, sediento de amor.
El hígado roba la tersura a las mejillas.
La piel reflexiona junto a la osamenta.
Los ojos adoran los motivos por ser mellizos.
A la mente le parece desgarbado el organismo.
Para el cabello, llega su fin deshojando margaritas.
Los pies transportan, nunca caminaron.
Nos deja perplejo el violento choque del no ser.
Los buenos propósitos andan descarrilados.
La caricia de la mano no apacigua al sediento.
Guardan los pies con avaricia sus ojos de pollo.
El Sol encela a la Luna primeriza.
La noche deja al Horizonte un punto perplejo.
Los equinoccios son como nodrizas viejas.
Los solsticios hadas descarriadas, febriles.
Buscar la perfección es ansia de lo absoluto.
Desvarío es razonar sobre lo injustificable.
La vanidad cobra sus presas entre los incautos.
La voluntad: maestra vieja buscando alumnos.
La voluntad destripa los terrores de la conciencia.
El pasado escribe bajo la letra del presente.
La esperanza: antídoto de la angustia.
Mueve a la esperanza una secreta pandorada.
Nutre al caudal ajeno el verso fuerte de Castilla.
La sabrosa enjundia literaria es provecho de pocos.
El pináculo de la gloría: un lugar quebradizo.
El mundo de las letras: una mala república.
Las lenguas muertas renacen entre detritus.
Los ingenios menguados triunfan en la zozobra.
El sabio piensa y escribe para propio lubidrio.
Un barril de semillas, jardín del novelista.
Ancora de plata bruñida, el hogar del poeta.
La novela no inculca grandes pensamientos.
El dolor sirve para tener conciencia de un
mundo cruel.
El envejecimiento es el dolor más terrible.
El Dolor es una mala palabra concebida sin Dios.
El dolor lo inventó un terrorista del Cielo.
El dolor se envilece así mismo.
Cada día tiene su propio dolor, no es lícito buscarlo.
El dolor viene llovido del cielo, cuando los
ángeles baldean los infortunios de la selección divina.
Buscar a Dios, entre el dolor, es perderlo.
No hay provecho para el alma que dé el dolor.
El bien es el fundamento de toda moral religiosa.
El hombre crea sus propios infiernos.
La inspiración mística toma por asalto.
El espíritu es un sentimiento de la Naturaleza.
El peregrino siente por dormitorio el mundo.
La virtud corre en lenguas del silencio amordazado.
El perdón granjea paz a quien lo otorga.
El perdón busca refugio en el olvido.
No hay olvido, el perdón es una fiera mansa.
Con el trasplante del alma todo termina.
Mengua la fuerza del amor con la mansedumbre.
Es una tregua la dicha perdurable en el hombre.
Los ojos adoran los motivos por ser mellizos.
Los buenos propósitos andan descarrilados.
Todos llevamos dentro a un poeta.
Certeza es posibilidad de tener.
La calle del Después lleva a la casa de Nunca.
Oscuridad es el origen del pensamiento.
La razón tiene leyes y «principios».
El fin puede ser lícito o ilícito, moral o amoral.
El primer mecanismo de la razón es el sentido común.
La mala conducta del presente lleva al caos del futuro.
El extremoso racionalismo niega la razón.
Nada de lo que fue se pierde en el sepulcro.
El acto del conocer nos aleja de los brutos.
El instinto es un acto biológico.
Se conoce y se quiere en un solo acto.
Los tontos se comportan siempre igual.
La palabra interna es la interrogación del sabio.
Tenemos un conocimiento infuso del ser.
El entendimiento ha de operar en la realidad.


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Contactar con la autora: mariadelpilargc[at]telefonica.net

Info Ilustración poema: Christian Jaramillo Vargas Arbol by Christian Jaramillo Vargas - Own work. Licensed under GFDL via Wikimedia Commons.




Sumario del presente número de Mar de Poesías:

Alejandra Barbery Alfredo Vaeza Ángeles Charlyne Beatriz Hernanz Beckett (Mario Blacutt) Catalina D'Amico Chankecham Cristina Azcona Jaume D'Urgell Jorge del Rosario Juan Carlos Vásquez Juan Villegas Julen Carreño Manuel Lozano Marco A. Valencia Marcos Echevarría Marina López Mónica Volpini Norma Segades Óscar Marchesín Pilar G. Cuadros Porfirio Mamani Susana Giraudo Xavier de Tusalle





Separata publicada con el n.º 24 de la Revista Almiar - ISSN 1695-4807 -
noviembre-diciembre de 2005 - Margen Cero™ es socio fundador de A.R.D.E.
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