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JAVIER
CLAURE
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Contraluz
Soy de contraluz
de la penumbra mágica crujiente
mitad monstruo empapado con esperanza
de lengua poeta desteñido
en el abecedario cosmopolita
De la tierra del maíz soy
donde habita la bruja silueta arroz
uñas puntiagudas descubridoras de la verdad
pero bien podrían palpar una costura
que se torna en intemporal
una bicicleta que merodea
caminos lavados por el aguacero
y un radar para detectar
a los que se encuentran en el otro lado
A contraluz
vuela la muerte con sombrero de ala ancha
por encima de los buitres botas negras
mientras el tiempo
lanza su zarpazo inalámbrico
al ritmo de orquestas que deberían callar
aún así, el cuarto está vacío, estoy yo
puedo jugar a esconderme de la gente
y de mí mismo
encender el burdo aparato de la televisión
y reírme de ridículas escenas
que transmiten los de camisa blanca
A contraluz
no se canjean injusticias por falsos documentos
no se venden objetos con etiquetas doble cara,
tarjetas navideñas, armamentos, adornos de peltre
abrillantado
ni el barro cura heridas abiertas
no se ataca por flancos construidos a medias tintas
porque aunque parezca mentira
el lenguaje es navajazo desbordante
cortisona del verso perdido en barbas humeantes
que nunca supieron de abriles sofisticados
de vanidades y logotipos multinacionales
Y se habla de todo y de nada
de la masacre de San Juan, de literatura,
de las manos destrozadas en el Estadio Chile,
de noticias y del Sub Comandante Marcos
pero no les digo más nada
«porque ya pasó el día del niño en México»
Hacer un alto en contraluz
es adentrarse al laberinto palabra
donde el papel espera que alguien rescate
esa métrica extraviada en mentes desamparadas
refuerzo que recae en la palma
para rugir como bisonte en el pantano
A contraluz
pierde el arco iris su brillo aceitoso
reviven voces que dormían en perchas del pasado
y el asfalto se desprende
igual que víscera podrida en el estómago
eco que inspira a las encías maceradas por el dolor
sensación de escupir metáforas en forma de saxofón
o de escuchar vociferaciones ante los culpables
que tratan de ocultar sus delitos
bajo plumas de avestruz degollada
Será tal vez ahora
el preciso e inconfundible instante
de proporcionar un megáfono sindicalista
para gritar democracia
en tiempos de muñecos gatunos
presenciar una manzana giratoria color mosca
para quienes escriben nombres desaparecidos
con letras doradas
Otra vez
ermitaño, trovador nocturno, alfarero de la palabra
eterno amador, de volantines encumbrados con hilo rojo
que son felices en la locura de un puerto libre
Voy a decir nuevamente
contraluz, esperanza, radar
escudo rebelde metido en un vaso de tequila
signo de interrogación pegado al filo de una espada
golpe de asombro con la planta del pie
y la serpiente que muerde un racimo de uvas.
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JAVIER CLAURE
COVARRUBIAS
nació en Oruro, Bolivia (1961). Su producción
poética está contenida en revistas literarias como Noche literaria
y Contraluz, pero también en la prensa boliviana y el semanario
Liberación, de Malmö. Cursó estudios de informática en las
Universidades de Estocolmo y Uppsala. Es miembro del Pen Club Internacional
y de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE). Tiene
poemas y artículos dispersos en publicaciones de Suecia y Bolivia.
Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores
Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991). Publicó el libro Preámbulos
y ausencias (2005).
CONTACTAR CON EL AUTOR: contraluz[at]spray.se
ILUSTRACIÓN POEMA:
Nocturno2001 by Rudolf Rabatin
- Own work. Licensed under CC BY-SA
3.0 via Wikimedia Commons.
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