Luis Tamargo

Marinero
de
estrellas


«Y el mar allí enfrente, lejano,
dejando apenas restos de espuma
en mis pies al subir de su marea...».

Juan Rulfo


MARINERITO

Dime, marinerito, ¿a dónde vas?,
preguntó la gaviota, curiosa.
Navego de la mano
de la brisa amiga y, sonriendo,
saludo a las olas que
salen a mi encuentro…
¿Y tú, gaviota viajera, acaso
no haces lo mismo,

por qué lo preguntas…?
Desde la bahía, sólo se veía
un niño chapotear en el agua.
La mañana estaba tranquila, y
las gaviotas retozaban en la playa.
Desde la bahía…
se veía sólo un niño
que jugaba con el agua.



A MAR

Porque siento,
temblor apresado
de olas, sediento.
Porque extraño,
penumbra nocturna
que anuncia desvelos.
Porque amo,
mece la luna
silencios de mar.



¡UN POEMA, MADRE!

Era una estrella de mar, madre,
y yo
escudriñando arriba el cielo.
Me adentré en el azul oscuro
y tú,
en la arena de la playa dormías.
Era una estrella de mar
que dormía en la arena,
que soñaba en la playa.
Una estrella de mar, madre!
Y yo la buscaba en el cielo…



UNA NANA

El mar cantaba olas…
Y se bañaba la tarde, ¡ay!,
entre suspiros de espuma.
Me pareció oír tu nombre,
mas sólo silencio escuchaba.
Era un beso de arena, mojada,
era el agua que amaba
tu corazón de sirena, salada.
Eras tú, ¡mi luna del alma!



LA PLAYA

Canta la tarde,
sueña la playa.
Se llevaron las olas
tus huellas de arena.
Perezosa, la tarde
se acuesta en la playa.
Canta la ola,
sueña la estrella.



ENTRE DUNAS

Retozaron entre dunas
nuestras huellas descalzas.
Horadada la arena,
a mares, enamorada.
Candor de brisa,
beso de piel, desbordado
amor de estrellas
que me unió a tu orilla.
Nos soñamos, entre dunas.


LLEGA UNA BARCA

Me inquietó la calma,
me alertó tu arrojo.
Llega una barca,
y tú no estás.
Silencia la tarde
los ecos del olvido.
Y entre las manos,
suspiran gritos
que albergaba el pecho.
Porque llega una barca
enmudeció la tarde
…y tú no estás.


DE OLAS Y ARENA

Besos de olas y arena…
Y coros de gaviotas, de plata
y luna cenicienta, en
la noche. Gris.
El mar, vivo. Y allá,
en el fondo, tumultuoso,
un mecer menguante de
sueños y suspiros que,
desvelados, surgen
para alzarse, enamorados,
hacia un confín azul
de océanos sin estrellas…



COSTEANDO

Brazos de tierra flotando,
tendidos al fresco del mar.
Bordeando tu costa
te recorro, amándote.
Enamoradas las olas, mueren
su caricia en tu piel.
Y la bruma salpica de plata
el rumbo del timonel.
Atravesé profundidades
y ahora morir,
¡sólo amarte quiero!



Marinero de estrellas

¿Y de mayor?…
¡Marinero de estrellas!,
…al preguntarme.
Perpleja sonrisa, mueca,
entre guiños de miradas,
no de mayores, no cómplices
sino de no niños.
Marinero…, para surcarlo,
vasto e infinito,
limpio y libre.
De estrellas…, para soñarlas,
hadas amigas que, en volandas,
me encumbren del rescate,
intacto, a su cielo, a salvo.
¡Marinero de estrellas!,
…si me preguntan.



Contactar con el autor:

luistamargo[at]hotmail.com



Ilustración: Fotografía por Pedro M. Martínez ©


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