artículo por
M.ª Catalina Jiménez

 

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engo una carpeta en el escritorio de mi computadora repleta de historias incompletas, historias que nunca logré terminar. Algunas sólo cuentan con un par de capítulos, a otras sólo les falta el desenlace. Todas han surgido en un momento de inspiración, un personaje que se ha cruzado en mi camino, una frase lo suficientemente fuerte para construir sobre ella el resto del castillo. Pero todas estas historias no han llegado a su punto final, se han quedado a medio camino.

Son en alguna medida una muestra de todos mis fracasos. Así como exponen todo lo que he escrito también revelan todo lo que no me he atrevido a escribir, delatan el momento exacto en el que me he rendido. Y es por esto que a veces quisiera eliminar todas esas palabras amontonadas que no llegan a nada, borrar de mi historial todas las historias que no he sido capaz de crear.

Pero luego me doy cuenta de que todos esos archivos de Word son parte de mi propia historia. Si los leo puedo ver cómo ha evolucionado la calidad de mi escritura, cómo he ido mejorando a partir de mis errores.

A todos, a veces, nos gustaría poder deshacernos de nuestro pasado, borrar de un plumazo eso que nos avergüenza y que deja a la vista que somos la persona que a veces desearíamos no ser. Pero creo que ningún escritor pueda empezar de cero. Hay que releer todo lo que ya hemos escrito y encontrar nuestras fallas, trabajar sobre ellas y mejorar. Debemos volver al punto de inicio, a nuestras raíces, porque si no es muy sencillo perderse y no recordar quiénes somos y quién queremos ser.

Así que creo que hay guardar todas las historias inacabadas porque todas ellas se merecen un final, les debemos nuestro tiempo y paciencia, les debemos un final feliz o trágico o realista o el que más nos guste, pero les debemos un cierre.

No podemos deshacernos de nuestros errores porque son ellos los que nos convierten en quienes somos y en quienes hemos dejado de ser. Así que no debemos borrar nuestras historias inacabadas, sólo tenemos que recordar que toda historia puede ser reescrita.

 

 

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María Catalina JiménezMaría Catalina Jiménez. Es estudiante de Trabajo Social y escritora aficionada. Colabora con la revista online Huellas de Tinta y fue administradora de un blog, en su mayoría literario, por más de dos años. También ha publicado en la revista Glup-Glup.

Contactar con la autora: mariacatalinajimenez [at] gmail [dot] com

 

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🖼️ Ilustración artículo: Fotografía por Hans / Pixabay [dominio público].

 

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