Paul Aster · La escritura oral

LA ESCRITURA ORAL
DE PAUL AUSTER

por María Aixa Sanz

Nadie narra como Paul Auster.

Leer a Paul Auster es como si te estuvieran contando al oído una historia, que con el mecanismo de las muñecas rusas (matrioshkas), se convierte en muchas a la vez.

El lector penetra en una espiral vertiginosa de historias como el cuento de nunca acabar. En el fondo se desea que nunca acabe, al mismo tiempo que el corazón palpita agitado cuando ve precipitarse el final, cuando las hojas de la novela menguan en número.

El poder de las palabras en el mundo literario de Auster toma toda su fuerza y las palabras escritas se convierten en orales con su magistral talento para narrar. Novelas en que el protagonista con la excusa de rellenar las horas empieza a escribir un libro que en principio no tiene ningún fin, con ello nos involucra en la vida de una cantidad considerable de personajes con quien acabamos padeciendo insomnio o ansiedad y anhelamos sus mismas utopías.

Ahora es con Brooklyn Follies y su protagonista Nathan Glass quien pretende escribir el libro titulado: El libro de las locuras de los hombres, la excusa perfecta para deleitarnos o encerrarnos en su mundo. Con un ritmo que siempre crece y donde la sorpresa constantemente tiene cabida, encontramos situaciones que saltan en medio de las páginas, como una liebre, para cambiarlo todo de nuevo y, sin paños calientes, consigue que el lector se sienta un poco mejor ya que todo es relativo.

Antes fue con La noche del oráculo y Sidney Orr y «el cuaderno azul», y un poco antes fue con El libro de las ilusiones y David Zimmer y «el libro sobre la vida de Hector Mann». Telas de araña que atrapan.

Hay un antes y un después de leer a Auster. Ninguna lectura sabe ya igual. Con él se rozan los dos extremos: o encanta o no. Si gusta: es literatura en vena. Y cada cierto tiempo se necesita una dosis.

Las casualidades o contingencias son los hitos del camino de cada vida, son aquellas patrañas del destino que hacen que la vida se tuerza o decante hacia un lado u otro, nadie lo narra como él. Nadie narra como él, unas historias que acarician el oído. La escritura oral de Paul Auster conquista. Mientras tanto, sus lectores pueden preguntarse si fue una casualidad o un hito en su camino el conocerle y que nos concediese el placer de leerle escuchándolo.

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María Aixa Sanz María Aixa Sanz (Alcalà de Xivert, 1973). Escritora. Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I, de Castellón. Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato Tetrarca del reino de la nada que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias.
El pasado es un regalo, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña la publicación de las novelas: La escena (2001) y Antes del último suspiro (2006).
Finalista del IV Certamen Edisena de cuentos Cortos-Cortos, con Peregrinaje de un derrotado. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato Lindo O. Santos, es escogido en el año 2002 por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur.
En julio de 2006 aparece publicado el relato: Nerina Rombaldoni en la internacional y prestigiosa revista Voces.
Primer premio del Quinto Certamen de Narrativa en valenciano, denominado Escrits a la Tardor Vila de L’Eliana - 2006 con Els dilluns no passen a la història.
Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico Etcétera, de Zaragoza, desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: Dosdoce, Nemeton, Mainhardt, Almiar, Literaturas.com, Palabras Diversas, Ariadna Revista Cultural, El Coloquio de los Perros, Séneca y Narrativas. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico Etc. Magazine, de Buenos Aires, Argentina, en la web Libreros, de Caracas, Venezuela, y la revista Destiempos, de México D.F.