Artículos y reportajes

SÁNDOR MÁRAI
nos enseña de nuevo en La extraña que la vida sigue siendo brutal y bella, dura y grandiosa

por María Aixa Sanz

Sándor Márai en cada uno de sus libros consigue poner justamente el dedo en la llaga, hurgar en la herida, recordar lo olvidado, hacernos ver lo que a veces no queremos mirar, esta reflexión que escribí en un artículo a colación de la publicación de la novela: La hermana, sirve para describir en pocos conceptos lo que Márai quería transmitir cada vez que escribía una novela.

Para titular este artículo serviría también como la vez anterior, el título que utilicé: Sándor Márai y la dureza y la grandiosidad de la vida, pues en La extraña (Editorial Salamandra) Márai nos da de nuevo una lección magistral de la existencia, contando de nuevo una realidad con una abrupta belleza, la realidad esta vez corresponde a la crisis psicológica y de personalidad que sufren los hombres cuando rozan la edad de cincuenta años.

Si La Hermana es una novela serena, La Extraña es una novela que llena al lector de inquietud y zozobra, pues en el declive del protagonista Márai muestra el declive y la incoherencia de la raza humana y sobre todo la del hombre.

Aquellos hombres que se han mostrado inmunes a sentir ciertos sentimientos a lo largo de su vida y que cuando se acercan los aniversarios, a partir de cumplir los 45 años, se ven presas de un cuerpo, un entorno y un mundo que no quieren, abocándose a veces como el protagonista de esta novela a sucesos sin lógica y sin perdón, bajo el manto o el precepto «de que todo vale».

El protagonista de La extraña es Viktor Askenasi: un distinguido literato y profesor de la época que decide al cumplir los 47 años abandonar a su mujer, a su hija y a su entorno, por su amante, una mujer que acaba de conocer y que se instala a vivir con ella, durante un tiempo es feliz pero no deja de tener la sensación de que le falta algo, la misma sensación que se tiene cuando uno se va de un sitio y sabe con una gran certeza que se ha dejado u olvidado algo que debía llevarse, esta sensación provoca en Askenasi el abandono también de la amante y del lugar, entonces aconsejado por sus viejos y reencontrados amigos decide emprender un viaje para pensar y olvidar todo el comportamiento de los últimos tiempos, así que viaja con esa sensación metida en el cuerpo, una sensación que no acierta a definir. En el viaje decide parar en la costa del Adriático e instalarse en el Hotel Argentina que tuvo su época de esplendor pero que en ese tiempo está lleno de la clase media europea, allí ocurre un suceso espeluznante cuyo autor es Askenasi.

Sándor Márai utiliza ese hecho para enseñar que detrás de la típica crisis de edad que sufren los hombres y que la sociedad acepta como algo normal, puede haber y de hecho hay algo más profundo, más melancólico, algo que está pidiendo a gritos socorro, una soledad que a algunos les hace cometer actos execrables.

De nuevo Sándor Márai ofrece a la literatura una nueva obra, publicada en su día en el año 1934, que es una lección de vida, con el arte maestro y la serenidad a la hora de contar que posee el escritor húngaro, un arte que nunca decepciona a sus lectores fieles. La extraña es una novela que seguro tocará la fibra de todos aquellos caballeros que ronden la cincuentena, así como a los demás lectores: nos enseña una vez más que la vida sigue siendo brutal y bella, dura y grandiosa, y que debemos aprender a vivir cada día y como el funámbulo aplicarnos a guardar el equilibrio, pues debajo de nuestros pies, no hay ninguna red para sujetarnos.