ENTREVISTA A
MAGDALENA LASALA

por Raúl Tristán

Si alguna vez, mientras camináis, os descubrís a vosotros mismos observando la figura de esa mujer que se encuentra a unos escasos pasos por delante vuestro, y os sorprende sentir como si una voz desconocida que de ella emanara os hubiera hablado, atrayéndoos con sus palabras hacia remotos jardines, perdidos en el tiempo y en el espacio, allá donde las musas, en mariposas transmutadas, dibujan aéreas cabriolas entre aromas de jazmín y azahar; donde las huríes acunan sus sueños, adormiladas por el cantarín murmullo del agua de las fuentes; donde sufíes y poetas alimentan las mentes de los califas… no temáis, os digo, pues esa voz ancestral de mujer, que llega a vuestros oídos de forma mágica, no es otra que la de Magdalena Lasala.

Magda, escritora de amplio espectro: novelista, poetisa, fabuladora y cuentista, dramaturga y ensayista, conferenciante o colaboradora periodística. Nada escapa a la atención de esta curiosa e inquieta mujer que, ya siendo niña, sintió despertar en ella la llamada de las letras.

Hoy, esta escultora incansable del verbo, con varias decenas de títulos conformando su currículo, tantos que bastarían para llenar varias páginas de su bibliografía, nos la encontramos como orgullosa y muy digna Presidenta de la Asociación Aragonesa de Escritores (AAE), y directora de la revista literaria que nació en el seno de la misma de su mano, Criaturas Saturnianas, y que ya va camino de su 6.º número.

Tu currículo resulta abrumador, ¿cuál es el secreto de Magdalena Lasala, aquel con el que alimenta tan fértil creatividad?

—No lo entiendo como secreto, sino como necesidad... la necesidad de expresión, de comunicación, y a la vez la curiosidad por experimentar todos los mundos posibles de la Palabra.

—Te has convertido en todo un referente en el campo de la novela histórica, y sobre todo en el de la biografía novelada: Abderramán, Almanzor, Boabdil, Maquiavelo, Jimena… Uno tras otro, diversos personajes de nuestra Historia van rindiéndose ante la insistencia de tu escrutadora mirada, y desnudan su alma para mostrar al lector sus sentimientos más profundos, sus deseos e inquietudes. ¿Qué encuentras en este género para que sea tu inagotable fuente de inspiración?

—Hay en estos momentos que vivimos una gran necesidad de reinterpretar la historia, de redescubrirla. Nos hace falta comprender el pasado y entresacar sus claves para seleccionar lo que sirvió y lo que no, en un deseo consciente de crear desde el presente el futuro que queremos para nosotros. Por otra parte, la historia la hacen personas, y a mí me fascinan las personas, esa proyección personal en el devenir histórico, a muchos niveles. La historia nos ayuda a saber quiénes somos, y necesitamos saber quiénes fueron aquellos anteriores a nosotros que la hicieron.

—¿Sigues algún criterio especial, alguna «manía», una intuición, una empatía, a la hora de seleccionar a quienes serán los afortunados «elegidos» para erigirse en personajes de tus novelas?

—Soy muy instintiva... Muchas veces creo que en realidad, ellos me eligen a mí.

—Acabas de publicar recientemente Doña Jimena (Temas de Hoy, 2006), un libro que según tus propias palabras ha supuesto «un antes y un después»… ¿Qué ha significado para ti descubrir a una Jimena que no es tan sólo la resignada compañera de El Cid?

—Ha sido un proceso fascinante. La mitificación del Cid Campeador ha actuado sobre el conocimiento de la historia de nuestro siglo XI como una inmensa pantalla que deslumbró nuestros ojos, relegando a la sombra a los otros grandes personajes coetáneos de Rodrigo Díaz, como la propia Doña Jimena, pero también a Alfonso VI, uno de los monarcas más importantes e insólitos que ha tenido la tierra hispana, y Doña Urraca, su hermana. Creo que también relegó a la sombra la propia época histórica en la que vivió, un siglo XI definitivo y crucial para la historia de España.

—Aunque Jimena no es el primer nombre de mujer que aparece como protagonista de tus novelas, ya antes lo hizo Walläda (Walläda La Omeya, La última princesa del esplendor andalusí - Anaya, 2003), sí que han parecido predominar los masculinos. ¿Vas a centrarte, a partir de ahora, en tratar más figuras femeninas, con lo que reivindicación del papel de la mujer en la construcción de la Historia supone?

—En efecto, la historia de lo femenino todavía está pendiente, y la vamos construyendo poco a poco. Hay personajes femeninos verdaderamente fascinantes e insólitos, y que han podido vencer ese anonimato al que parecía estar relegada la condición de lo femenino durante varios siglos. Me interesa mucho rescatar a mujeres que nos guardan mensajes muy valiosos para el mundo de hoy, y que pueden ayudar a construir los nuevos modelos que nos hacen falta en estos momentos.

—Como hemos visto, gran parte de tu obra narrativa toma como espacio-tiempo de desarrollo la ocupación de la Península Ibérica por los musulmanes, esa Edad Media de Al–Andalus, de emires y califas, de esplendor y decadencia, de arte y de guerra…

—Al-Andalus es el puente que conectó oriente y occidente, un mundo que moría con otro que nacía. Guardamos todavía aquella esencia, y me gusta reivindicarlo, porque nos define como cultura múltiple, rica de influencias que en las diversas etapas de su historia ha creado siempre un producto original, propio y autóctono. Esta tierra es hospitalaria y privilegiada, y subyace en sus moradores una fuerza especial, una fuerza que permite dar pasos adelante con el enriquecimiento que supone aceptar las mezclas, los cambios y las influencias. Al-Andalus supuso eso y más, fue el resultado único y original de una amalgama de elementos culturales unos que venían, otros que estaban ya y se encontraron, creando algo nuevo que se convirtió en semilla de lo que vendría.

—Has cursado estudios de Teatro, Interpretación y Dirección Escénica, así como de Música y Canto. Has trabajado como actriz teatral, escrito piezas dramáticas y dirigido una Compañía teatral, e incluso canciones y textos para composiciones musicales... podría decirse que lo tuyo no es la literatura, sino el arte en general, todo instrumento artístico que te sirva de medio de expresión del lirismo, de la música del lenguaje…

—Todos mis proyectos forman parte, de uno o de otro modo, de la misma actitud ante la palabra, ante la literatura y ante la vida. Necesito la pasión para contactar con mi impulso creador y necesito establecer la estructura para ordenarlo y sacarlo a la luz. Los géneros sólo son soportes de una inmensa curiosidad y afán por experimentar en la expresión artística. Yo sé que mientras disfrute con mis objetivos seré capaz de realizarlos, porque el esfuerzo invertido habrá servido para algo y encontrará respuesta en el exterior.

—Con el apoyo unánime de los miembros de la AAE has sido elegida recientemente como su Presidenta. La responsabilidad que debe sentirse al representar a todos los escritores aragoneses debe ser enorme… ¿Qué proyectos para el futuro de la AAE ha planificado Magdalena Lasala?

—Hay mucho trabajo para hacer, y sobre todo hay varios proyectos de cara al exterior que ya funcionan muy bien, como la Revista Criaturas Saturnianas, la confección del Diccionario de Autores Aragoneses Contemporáneos y El Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza. La Asociación quiere ser interlocutora de los escritores con aquellos que pueden abrirnos las puertas que hasta ahora estaban cerradas. Lo importante es creer en el proyecto asociativo, saber que el escritor escribe en soledad, pero ya no está solo.

—Y ya para terminar, ¿en qué inspiración trabajan actualmente tus Musas?

—El día 13 de abril salió a la luz mi poemario Y ahora tú pasas la mano osadamente, un libro muy vitalista. En otoño saldrá una nueva novela histórica, de la que no puedo desvelar todavía el título.

—Ha sido un placer compartir esta entrevista contigo.


_____________
P.S.:

Acaba de publicar Zaida, La pasión del Rey, editado por Fundación José Manuel Lara, donde la intriga política y la pasión se enfrentan a un contexto histórico de una gran riqueza, pues pone en contacto a dos modos de pensar y a personajes, como Zaida y Alfonso VI, de una sorprendente modernidad.

Símbolo info Semblanza sobre Magdalena Lasala: Poeta y novelista nacida en Zaragoza. De temprana vocación literaria y vinculada al Teatro desde su juventud, Magdalena Lasala cursó formación en Arte Dramático, Canto, Ciencias de la Información y Psicología Humanística, entre otras disciplinas, estudios y experiencias autodidactas que volcará como finalidad primordial en la escritura. Cuenta con una extensa obra publicada en Novela, Poesía, Teatro, Relato, Ensayo, Prosa poética y Fábula, gracias a la que siempre ha gozado del reconocimiento del público y el elogio de la crítica. Es autora indispensable en el panorama español de Narrativa Histórica y uno de sus valores más firmes, que ha consolidado una carrera literaria de indiscutible calidad con difusión internacional.

Sus obras en torno a la Edad Dorada de Al-Andalus, con títulos como La Estirpe de la Mariposa (1999), Moras y Cristianas (en coautoría), Abderramán III, El gran califa de Al-Andalus (2000), El Círculo de los muchachos de blanco (2001), Almanzor (2002), Walläda La Omeya, La última princesa del esplendor andalusí (2003) y Boabdil. Tragedia del último rey de Granada (2004), le han procurado un lugar preferente como novelista de género convirtiéndose en referencia obligada para estudiosos y amantes de la historia hispano-musulmana, y cuentan con repercusión en América Latina y traducciones en Alemania, Portugal, Suiza e Italia.

En 2005 publicó Maquiavelo: El Complot, novela histórica con la que Magdalena Lasala da un giro en su trayectoria temática abordando otra de las épocas de apasionantes resonancias en su formación: El Renacimiento, y uno de sus personajes más controvertidos y misteriosos, Nicolás Maquiavelo, iluminando los detalles de su verdadera personalidad y aportando detalles apasionantes para comprender su época.

En 2006 ha publicado la novela histórica Doña Jimena. La gran desconocida en la Historia del Cid un recorrido apasionante por la vida de esta extraordinaria mujer, tan desconocida como relevante en su momento, a través del que Magdalena Lasala aprovecha para trazar un fresco soberbio y minucioso de la época y la política del reinado de Alfonso VI, la vida cotidiana de los territorios cristianos de nuestro siglo XI y los entresijos de una de las etapas más importantes y vitales de la Historia de España, arrojando luz sobre aspectos que habían estado ocultos hasta ahora y desvelándonos detalles y personajes que nos ayudan a ampliar las perspectivas que completan el conocimiento de nuestro pasado medieval.

Como poeta, su voz lírica enlaza con las raíces clásicas del misticismo español y la poética amorosa cortés. En verso ha publicado entre otras obras los poemarios: Frágil Sangrante Frambuesa (1990), Seré leve y parecerá que no te amo (1992), Sinfonía de una Transmutación (1995), La Estación de la Sombra (1996), Cantos de un dios seducido (1999), Todas las copas me conducen a tu boca (2000) y Los nombres de los cipreses que custodiaron mi ruta (2004). Sus textos poéticos han sido traducidos al francés, inglés, italiano, checo, búlgaro y alemán, incluidos en diversas Antologías de Poesía Española publicadas en Europa y utilizados como soporte para creación de obras musicales, escénicas y de danza, colaborando con artistas como los compositores Antón García Abril, Gabriel Sopeña, Luis M. Giacoman y Mariano Ferrández Castillo, entre otros.

Como dramaturga, Magdalena Lasala estrenó más de diez piezas dramáticas. Desde 2000, Magdalena Lasala ha continuado su relación con la escena como autora en experiencias escénicas muy escogidas. Ha colaborado con el Instituto Internacional de Teatro del Mediterráneo y el Centro Dramático de Aragón. Es autora de los textos de los espectáculos para danza Tierra de Dragón y Mudéjar, del bailarín y coreógrafo Miguel A. Berna. Sus espectáculos en el formato de Recital Dramático, que sintetizan los aspectos lírico y teatral con gran sensibilidad, han recorrido España e Italia con gran éxito, siendo muy valorada su aportación al conocimiento de la poesía española de diferentes épocas, y sobre todo de autores de la Edad dorada de Al-Andalus.

Entre el resto de su producción literaria, merecen especial mención sus obras de tendencia filosófica como Lo que el corazón me dijo y Fábulas de Ahora, declaradas de interés educativo.

Conferenciante y colaboradora en diversos medios periodísticos y literarios, fue galardonada en el año 2003 con el Premio Búho concedido por la Asociación de Amigos del Libro a su trayectoria artística y literaria. Desde 2004 dirige la revista literaria Criaturas Saturnianas que edita la Asociación Aragonesa de Escritores con el patrocinio del Gobierno de Aragón. En 2006 recibió el Premio Sabina de Plata que otorga el Club de Opinión La Sabina, en merecido reconocimiento a su compromiso con la literatura y la sociedad de su tiempo. En la actualidad, es Presidenta de la Asociación Aragonesa de Escritores.

* Enlaces recomendados:
Sobre Magdalena Lasala:
http://www.magdalenalasala.com/
Sobre la Asociación Aragonesa de Escritores
:
http://www.aaescritores.com/


______________________________

Raúl TristánRAÚL TRISTÁN, (Zaragoza; España). Es escritor, columnista, redactor, corrector de textos y medioambientalista. Web del autor: http://raultristan.com/


• Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 34, (junio-julio de 2007). Reeditado en abril de 2019.




Sugerencias

portada la soledad de la gata

La soledad de la gata (relato)

Artículo Nuestras revoluciones internas

Nuestras revoluciones internas (artículo)


  • Créditos

    Revista Almiar (2001-2007)
    ISSN 1696-4807
    Miembro fundador de A.R.D.E.
  • Email

    Colaboraciones