Maneras de vivir
por
Carlos Díaz
Maneras
de vivir con
Calixto
Bieito
Por suerte aún hay quien arriesga en teatro. Por suerte hay otras maneras de vivir y entender el teatro, la de Calixto Bieito. Lo podemos comprobar en el Teatro Romea, con Los Persas. Réquiem por un soldado, basada en la obra de Esquilo.
—Calixto ¿por qué el planteamiento como un réquiem?
—Porque era como un concierto de muertos desde el principio de la obra.
—Hay incluso una versión punk del himno español. ¿Hay algo que no te atrevas a hacer o algún tema tabú para ti?
—No trabajaría con niños de manera traumática. No me gusta hacer cosas que puedan hacer daño a los que están trabajando conmigo. Todo lo demás sí, puesto que es un espacio de libertad.
—¿Prefieres el himno con o sin letra?
—Me es igual. No me gustan los himnos en general.
—¿Qué diría el himno si lo escribiera Calixto Bieito?
—Haría una buena balada de amor un poco alucinógena.
—La anterior obra que estrenaste también en el Romea era otro clásico: Tirant lo Blanc. La puesta en escena tenía tanta importancia que el texto quedaba prácticamente en un segundo plano. ¿Era tu intención o no estaba premeditado?
—Ya he pasado la etapa de que todo es el texto. Un espectáculo es muchas más cosas. El autor y el escritor es una parte más.
—Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, fue publicada en Valencia en 1490 y Los Persas, de Esquilo, data del año 472 antes de Jesucristo. ¿Si no se adaptasen estos clásicos iría a verlos alguien al teatro?
—Entonces es cuando tienes que poner muchos nombres. Ambas son historias muy eternas. Tirant lo Blanc es de las novelas más sensuales y eróticas que he leído. Y la obra de Esquilo es muy actual ya que se repite continuamente. Es la historia de los ejércitos poderosos que sufren víctimas y que tienen mucho dolor. Estados Unidos, que es el ejército más poderoso del mundo, está lleno de traumas.
—¿Qué te aporta un clásico que no te da una obra contemporánea?
—Me gustan mucho las obras contemporáneas, por eso hice Plataforma. El problema con un autor vivo y contemporáneo es que tienes que estar bastante de acuerdo con lo que escribe, con sus ideas y de cómo ve el mundo. Yo no podría hacer todos los autores contemporáneos. No me veo compartiendo mi mundo con todos. En cambio, Shakespeare te lo puedes reinventar, te lo debes reinventar. Precisamente por esa libertad a veces cojo más obras clásicas.
—Tanto en Plataforma como en Tirant lo Blanc actuaba Belén Fabra ¡Qué gran descubrimiento has hecho con Belén!
—Es fantástica. Es una actriz formidable. Lo que hacía en Plataforma era increíblemente hermoso. Y en Tirant lo Blanc se inspiró en Juana de Arco. Es una actriz con mucho carisma.
—Hay un denominador común en todos tus espectáculos: el sexo. ¿Es por algún motivo en particular?
—Porque es un tema eterno. En Los Persas aparece porque Freud escribió una carta a Einstein explicándole el por qué de la guerra y lo asociaba también a la pulsión sexual del individuo. Por eso ha aparecido en la testosterona de estos soldados.
—En Tirant lo Blanc trabajaste codo con codo con Marc Rosich y en Los Persas con Pau Miró. ¿Compartir dramaturgia es por algún motivo en concreto?
—Porque es mucho trabajo y así me contamino de gente más joven que yo.
—Claro, imagino que tienes que sentirte un poco viejito porque haces tres o cuatro producciones al año.
—Sí, hago varias obras porque me gusta mucho ensayar. Ahora estoy ensayando en Noruega con el Teatro Nacional. Me gusta empezar de cero, conocer gente y nuevas maneras de ver la escena.
—¿Y no te preguntas «qué pinto yo en Noruega»?
—Te lo planteas en algún momento. Ellos quieren renovar su cultura, y la manera es con una mirada de fuera. Es digno de elogio que teatros tan importantes te llamen. Pero sí, hay algún día que voy por la calle, está lloviendo, y pienso: pero qué coño hago yo aquí solo.
—Todos tus espectáculos tienen el aforo lleno y en cambio sólo están en cartel uno o dos meses. ¿Es una decisión tuya que no estén más tiempo?
—Sí, es una decisión mía porque hago programaciones cerradas y luego viajan mucho. Nunca me he planteado esto como un gran negocio. Todavía no, vamos.
—Eres de los directores más halagados y a la vez más criticados. ¿Crees que alguna vez te han utilizado para provocar escándalo?
—Sí, creo que sí. Pero he intentado no ser muy consciente de ello porque me produciría bastante asco.
—Una de las frases emblemáticas de la obra es: «Alístate. Tu futuro está con nosotros». ¿Cómo imagina Calixto Bieito su futuro?
—No lo pienso mucho. Mi futuro ahora es muy inmediato, es en algún aeropuerto. A la larga me encantaría ser más espiritual, más filosófico y viajar menos.
—Esquilo sentenció: «la guerra es eterna». ¿Por qué crees que el ser humano no ha sido capaz en toda su historia de cambiar dicha afirmación?
—Porque el ser humano es incapaz de destruir lo que tiene de inhumano. El siglo veinte ha sido el más terrible de violencia y el veintiuno va camino de ello. Los que no tenemos este tipo de pulsión de asesinar, tenemos que intentar expresar nuestras ideas y decir basta. No hay que perder la fe en tener un futuro un mejor.
—¿Te gustaría vivir eternamente?
—Creo que no.
—¿Y si fueras eterno encararías la vida de una manera diferente?
—Supongo que sí.
—Calixto Bieito, gracias por eternizar los clásicos en el teatro.
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Web del autor: http://carlosdiazactor.es/
Ilustración: Fotografía de Calixto Bieito publicada en la página web del mismo: http://www.calixtobieito.com).
💬 Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 38, febrero-marzo de 2008. Página reeditada en mayo de 2021.