Maneras de vivir
por Carlos Díaz


Maneras de vivir
El enfermo imaginario
de
Marc Rosich y Pau Miró


Marc Rosich nace en Barcelona, en 1973. Es licenciado en Periodismo y Traducción e Interpretación de inglés y árabe. Dramaturgo, director, actor, así como traductor literario.

Un año más tarde y también en la ciudad condal nace Pau Miró. Después de licenciarse en interpretación en el Institut del Teatre, ha orientado su trayectoria a la dirección escénica y la escritura teatral.

Unos años más tarde se juntaron para escribir El enfermo imaginario que poco o nada tiene que ver con el original de Molière. Conserva la referencia al título, el nombre del protagonista (Argán) y su desmesurada hipocondría. Este enfermo interpretado por Paco Morán tiene su hospital ubicado en el Teatro Condal de Barcelona.

—Marc, en La Sala Beckett estrenaste el espectáculo N & N (Nuria y Nacho), sobre la especulación inmobiliaria en Barcelona, un trabajo completamente distinto al de El enfermo imaginario ¿aunque ganes menos dinero prefieres no trabajar por encargo?

MARC: A mí me gustan las dos cosas. Trabajar por encargo significa grandes retos como la dramaturgia de Plataforma o Tirant lo Blanc, de Calixto Bieito. A mí los encargos me ponen, y también me ponen mis propios encargos. Pero soy consciente que algunas de mis obras que me han salido mejor han surgido de encargos, como por ejemplo Copi y Ocaña en el purgatorio que se hizo en el Tantarantana.

—Pau, como autor, director e intérprete representaste Happy hour, una versión acelerada, gamberra y anticomercial del clásico Tío Vania, de Chéjov ¿crees que los clásicos o se modernizan o carecen de interés?

PAU: No tiene por qué. No siempre es así. Pero sí creo que es obligatorio que los clásicos tengan una mirada contemporánea ya sea desde la dramaturgia o desde la dirección.

—Los dos sois actores, autores y directores, ¿agudizáis el ingenio y sois multiempleados para sobrevivir o disfrutáis por igual en las diferentes facetas?

MARC: Disfruto por igual en ambas facetas. Pero sobre todo escribo y la escritura convive de manera muy íntima con la dirección. Lo de actor es por una casualidad, empecé de actor amateur con 18 años y cuando escribo lo hago pensando en el actor.

PAU: Es una profesión compleja. Mirarlo desde diferentes puntos de vista te enriquece mucho. Y además el resultado de esa ecuación es que llegas a final de mes. Aunque no fue premeditado.

—Como actores ¿qué papel os hubiera gustado representar en esta obra?

MARC: Soy muy fan de Mari Carmen, la hija del protagonista. Los dos personajes femeninos la hija y la enfermera me encantan.

PAU: El doctor, no me las doy de protagonista. Me gustaría jugar con Paco Morán desde el personaje del doctor. O el juez, que también es un bombón de personaje.

—¿Os da rabia las comparaciones con el clásico El enfermo imaginario, de Molière, o ya buscabais eso precisamente como reclamo para el público?

MARC: Focus, la productora, lo encontraba irónico porque Paco había pasado por tres percances de salud. Primero miraron si se podía hacer alguna adaptación de la obra de Molière. Pero yo creo que ésta se hizo famosa porque se murió representándola pero no por la calidad de la obra, de hecho es una de sus obras menores. Lo único que hemos conservado del original es el nombre del protagonista, Argán, y la presencia de oficios como un juez o un médico.

—¿Cómo se escribe una obra de teatro a cuatro manos?

MARC: No lo habíamos hecho nunca. Nos reunimos para hacer la trama durante un período muy largo y después solo teníamos un documento de Word y nos lo íbamos pasando como una pelota de ping pong, unos días se lo quedaba él y otros yo. Nos partíamos las escenas e íbamos haciendo retoques por encima del texto del otro. Es curioso, porque tenemos una escritura muy diferente.

PAU: Con Marc es superfácil. Somos dos personas muy ocupadas pero nos hemos comunicado muy bien. Cada uno ha mostrado su punto de vista y ha luchado por sus ideas. Muchas llamadas de teléfono, comidas y muchas discusiones puesto que nos importaba lo que teníamos en nuestras manos.

—Ya habéis celebrado cien funciones de El enfermo imaginario en el Teatro Condal. ¿Si no hubiera funcionado tan bien os hubierais sentido los máximos responsables de ello?

MARC: No. Porque tanto la productora como nosotros estábamos muy contentos con la comedia. Muchas veces la calidad del producto no tiene nada que ver con el éxito o el fracaso.

PAU: Sí, yo personalmente sí, porque Paco Morán es una garantía de taquilla. Tendría que ser malísima la comedia para que no funcionara. Si no hubiéramos llegado a esas cien funciones me hubiera sentido muy responsable de ello.

—De todos es sabido que Paco es muy dado al «arte de las morcillas». Como autores ¿os preocupaba por si sus incursiones no tenían nada que ver con vuestro sentido del humor a la hora de escribir el texto?

MARC: Nos tranquilizamos durante el proceso de ensayo y las primeras semanas de funciones porque sus morcillas son de oro. No son gratuitas sino que juegan dentro de las reglas de la propia comedia. Él mismo dice que no quiere hacer chistes de la política del momento si no del mundo que se ha creado en la obra. Es más, ensayando iba colocando morcillas que le decíamos que por favor las fijara. Eran buenísimas.

A mí me gusta mucho trabajar así, por ejemplo en la obra N & N empezamos a ensayar sin tener ninguna página escrita.

PAU: Te tengo que confesar que a priori era un prejuicio que podíamos tener pero Paco es un maestro. Creo que es el actor de comedia más importante que tenemos en España. Yo he flipado con la velocidad que tiene para añadir frases a favor del personaje y de la situación.

—Mientras estaba representando su anterior obra tuvo que ser hospitalizado tres veces. Si por algún motivo no hubiera podido hacerla ¿quién os hubiera gustado que fuera el protagonista?

MARC: Aunque es como un traje a medida para Paco, creo que está hecho para todos los grandes cómicos. Incluso una vez acabada la obra dijimos: este papel también lo podía haber hecho Joan Pera, con quien ha trabajado tanto.

PAU: Me cuesta desvincularla de Paco pero el texto está escrito para quien quiera representarlo. Pondría de enfermo desde Carles Flavià que tiene un sentido del humor completamente distinto, hasta Josep María Flotats que también domina el arte de la comedia.

—¿La manera de acabar la obra la decidisteis vosotros o Paco Morán?

PAU: Digamos que eso forma parte del secreto profesional. Hubo cosas que se acabaron de afinar con los ensayos y con las previas. Dejémoslo así.

—Argán, hipocondríaco absoluto, sólo se siente seguro rodeado de médicos y enfermeras, ¿qué necesitáis para sentiros seguros en vuestra vida?

MARC: Estoy en una época que no lo sé. Ese es el problema.

PAU: Alguien que me anime y me dé aliento.

—Vuestra intención es que nos riamos del hipocondríaco, del obsesivo que todos llevamos dentro. ¿Qué es lo que más os obsesiona en vuestra vida diaria?

MARC: Me obsesiona el tema de los kilos porque tengo que adelgazar y últimamente ser fiel al régimen me tiene obsesionado.

PAU: Intento ser coherente. A mí lo que más me obsesiona es la coherencia entre lo que llevo dentro y lo que saco fuera.

—Por suerte se están pasando de moda los frikis que viven del cuento. Pau, te fascinan los western, Tom Waits y coleccionar muñecos mutantes. ¿Esa es tu parte más friki o aún hay algo que nos sorprendería más de ti?

PAU: Ahora mis gustos se están moderando un poco. Me gustan más las plantas y tomar unas tapas con los amigos. Cada vez me quito más importancia a mí.

—¿Y ese cambio es debido a algo?

PAU: Cuando superas los treinta años… pues es el proceso natural, el curso de la vida.

—El protagonista, después de pasar tanto tiempo en el hospital, ya cree saber lo que tiene que recetar a otros pacientes como si de un médico se tratara. ¿Cuál creéis que es la receta perfecta para vivir mejor?

MARC: Ser feliz y sonreír cada día.

PAU: Reírse mucho, comer bien y dormir mucho.


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Carlos Díaz
Carlos Díaz fue finalista como mejor actor en el Premio Espectador de la Revista Teatre Bcn por el personaje de Sra. Lucia en la obra Una Noche de Ópera, de La Cubana y Premio Ondas por el programa «Tarde de Todos», en Onda Rambla. Ha trabajado en numerosas obras de teatro: Grupo de teatro La Cubana: Una Noche de Ópera (Dir. Jordi Milán); Las Tres Hermanas, de Anton Chejov (Dir. Jordi Oliver); Pigmalión, de Bernard Shaw (Dir. Nancy Tuñón); Romeo y Julieta, de William Shakespeare (Dir. Nancy Tuñón). Cine: Va a ser que nadie es perfecto (Dir. Joaquín Oristrell); Agujeros (Dir. Jan Latussek); Impedimentos (Dir. Doménech Gibert); televisión: Serie El Show de Cándido, en La Sexta; serie Hospital Central, en Tele 5 y serie Lobos, en Antena 3 Televisión, entre otros títulos. Dirigiendo y presentando el programa «Contigo en la Tarde» fue líder de audiencia en la programación de SomosRadio.

WEB DEL AUTOR: http://carlosdiazactor.es/


📰 Artículo publicado en Revista Almiar, n.º 42, septiembre-octubre de 2008. Página reeditada en mayo de 2021.



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