Gioconda Belli y la poesía erótica
por Alejandro Tobar
La poesía erótica muchas veces linda con la romántica, y puede que aún más cuando se escribe desde una óptica femenina (dando por buena la controvertida afirmación de que existe una literatura de la mujer, que es aquella no necesariamente escrita por mujeres pero sí con implícitos valores entendidos como femeninos). La literatura que escribe Gioconda Belli es a un tiempo erótica y femenina, aunque la autora niegue esta última calificación. Quizá la forma más correcta de decirlo es que a veces es femenina y otras es erótica.
En su libro Apogeo, la nicaragüense crea —y es opinión única del que escribe— una atmósfera excesivamente femenina/ista (bien es cierto por otro lado que nunca está de más y largo es todavía el camino hacia la igualdad. Pero dejo caer la frase de Vargas Llosa que decía algo tal que así: «La mala prosa no deja de ser mala, pero siempre se aprende algo nuevo; la mala poesía es sencillamente infumable», y en algunos instantes ésa es la impresión que a uno le da). Este libro, Apogeo, data de 1997 (es una recopilación de sus poemas de los diez años precedentes), y, francamente, no es para tirar cohetes. No así sucede si nos remontamos al 87 y visitamos un rincón que Gioconda Belli creó y que tan válido es para un lector como para una lectora. Se trata de De la costilla de Eva, un libro magnífico escrito a base de preciosas imágenes, una pizca de inocencia y cantidades desorbitadas de buena voluntad que, como digo, tocan la genialidad en muchos de los versos.
Sin dejar de reconocer el valor de lo femenino, es en este libro especialmente en donde Belli desata toda su capacidad creadora y es probable que también su parte más íntima, aun sin citar nombres propios ni entes concretos. Es una suerte que la autora nacida en Managua nos haya dejado estos trazos de su forma de mirar la realidad y, sobre todo, su peculiar manera de querer la realidad.
Léanla. No digo más.
COMO GATA BOCA ARRIBA...No me voy, no quiero irme, dejarte
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando de tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto......Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero [...](Fragmento del poema
"Como gata boca arriba").
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Fotografía en el artículo: GiocondaBelli, By Jorge Mejía peralta from Managua, Nicaragua (DSC_0089) [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons.
▫ Artículo publicado en Revista Almiar (2005). Reeditado por PmmC en septiembre de 2019.