novela León Asuero

Las congregadas del vaso

novela de León Asuero

Una serie de mujeres son cruelmente asesinadas en Sevilla mediante idéntico rito al sufrido en su día por las mártires con su mismo nombre, procurándoles una lenta y dolorosa agonía. En apariencia, las víctimas no son más que unas inocentes beatas, que alivian su solitaria vida en quinarios y cultos en la Iglesia de las Ánimas, donde se agrupan en torno a la humilde Congregación de la Virgen del Vaso, cuya imagen religiosa, de origen muy antiguo y desconocido, se perdió misteriosamente hace unos siglos sin que nadie pudiera explicar tan desconcertante desaparición. Pero poco a poco se desvelará cuál es la misteriosa realidad de tal Congregación, cuya historia se remonta a la noche de los tiempos.

Las Congregadas del Vaso es una apasionante novela que envolverá al lector desde sus primeras líneas en una viva intriga actual de búsquedas, misterios, crímenes y pasiones que hunde sus raíces en el más lejano pasado. Todo bajo el incienso de las Hermandades y Cofradías de una ciudad, Sevilla, que sabe ocultar bajo su belleza barroca antiguos arcanos que proclaman que sólo a través de la purificación por el dolor se puede llegar a la felicidad verdadera y eterna.


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Entrevista a León Asuero,
por
Lucía Gil

 

—Las congregadas del vaso es una novela ya publicada y que ahora ve su reedición bajo un nuevo sello, Editorial Aladena, ¿cómo se siente ante esta publicación?

—La verdad es que me hace mucha ilusión, pues le tengo mucho cariño a esta novela y creo que Alacena va a saber darle la difusión que merece. Hay muchos lectores que se quedaron sin poder leerla en su anterior edición y que pedían que estuviera de nuevo en el mercado, así que espero que vean cubiertas sus expectativas.

—Esta novela, con tintes de novela negra, nos habla de la pugna de dos congregaciones por hacerse con la imagen de una virgen, ¿de dónde surge la idea de esta novela?

—La idea se me ocurrió en París, concretamente en la catedral de Notre Dame, donde vi a unas señoras rodear una columna y abrazarla (un rito muy antiguo que solía practicarse con los árboles). Ya tenía en mente escribir algo sobre esta temática, pero fue allí donde me vino esa chispa de inspiración que me hizo ponerme a escribir la novela.

—De ahí surgió la congregación femenina. La masculina nació por simple contraposición de personajes.

—El ambiente oscuro y melancólico proviene del mal momento vital que atravesaba al escribir la novela.

—Algo que llama la atención al leer el libro es la crudeza con la que relatas ciertos hechos (que no vamos a desvelar para no destripar el libro y para dejar con la miel en los labios a quien quiera leerlo... je, je). ¿Cómo se le ocurrió algo tan macabro?

—Como ya te he comentado, escribí Las congregadas del vaso tras un cataclismo vital, y todo lo que en la novela hay de lúgubre, triste y melancólico no tiene más origen que mi propio estado de ánimo por entonces. Veía las cosas de forma cruda y así las plasmé.

El ser humano puede ser llegar a extremos inimaginables con enorme facilidad, sobre todo en momentos de desesperación en los que no se encuentra salida, y eso es lo que quise plasmar.

—A pesar de estos episodios sangrientos, la novela tiene un trasfondo de amores, podríamos decir que imposibles, ¿fue complicado el unir estas dos características opuestas (el amor y el odio o dolor)?

—A mí me pareció obligado, porque el amor puede llevar a situaciones extremas cuando no es debidamente encauzado. El protagonista se ve arrastrado por unas circunstancias que no puede controlar.

La angustia que le corroe le lleva a actuar (justificadamente o no) de forma drástica, y cuando busca refugio cae en manos de quien le llevará a cometer las atrocidades más crueles que puedan imaginarse. Todo por amor, aunque parezca mentira.

Una vez planteado ese hilo conductor, bastó con dar rienda suelta a la imaginación, aunque debo reconocer que a veces, mientras escribía, me sorprendía a mí mismo por las cosas que se me ocurrían o, mejor dicho, se le ocurrían a los personajes, que actuaban como si tuvieran vida propia.

—Muchos lectores, cuando se enfrentan a una novela, se preguntan de dónde surgen los personajes que los componen, ¿existen los de Las congregadas del vaso o son todos fruto de su imaginación?

—Los personajes son todos ficticios, si bien para todos ellos me he basado en personas que realmente existen o han existido. De ellos tomé algunas ideas, personalidades, aspecto físico y circunstancias sueltas. Por lo demás, lo que ocurre en la novela es pura ficción aunque no imposible.

Construyendo así los personajes pude darles una vida que me era cercana y familiar, lo que creo que ha ocasionado que todos y cada uno de ellos tengan una fuerza importante en la novela.

—De las cosas que más me llamaron la atención de la novela es su narrador, ya que éste no es una persona física, lo cual es muy original... ¿por qué se decidió por este tipo de narrador?

—Siempre tuve claro que quien contara la historia tenía que ser a la vez alguien objetivo pero que estuviera implicado en los hechos de alguna forma, y puesto que la historia que se cuenta empieza en la época tartésica y acaba en nuestros días, era muy difícil encontrar a alguien que hubiera estado presente en todo lo que se cuenta. Primero pensé que la propia Virgen del Vaso podría ser una buena narradora, pero luego se me ocurrió la idea de la iglesia entre cuyos muros han ocurrido tantas cosas, y me decidí a seguir por ese camino. También para esa iglesia me inspiré en un templo real.

—A lo largo de la novela nos encontramos con algunos capítulos que están escritos en castellano antiguo, ¿cuál era su motivación al hacer esto? ¿Le fue complicado redactarlos?

—En la novela hay varios saltos atrás en el tiempo, muy necesarios para comprender lo que ocurre en el momento presente, y dado que la historia paralela que se cuenta ocurre a finales del siglo XVI, pues me decidí a escribir esos capítulos en la forma en que por entonces se hablaba. Efectivamente, me costó un gran esfuerzo escribir como entonces se hacía, y tuve que llevar a cabo una trabajosa tarea de documentación que incluía leer libros de la época. En cualquier caso, he de reconocer que ese castellano antiguo fue suavizado para facilitar la lectura de la novela y que tales capítulos no se convirtieran en una dificultad, sino todo lo contrario (incluso son divertidos).

En esta reedición por ALADENA, hemos contado además con una tipografía muy cuidada para esos capítulos, que se presentan como si realmente estuvieran impresos por entonces.

—Además de estos capítulos, la portada nos recuerda a libros antiguos, con sus letras doradas... ¿es la portada una forma de meternos dentro de la historia mucho antes incluso de comenzar a leerla?

—Efectivamente, y la cosa va mucho más allá de hacer de ella un señuelo para la compra. La portada es algo muy importante a la hora de editar un libro, pues permite al lector tener una primera impresión de lo que va a adquirir y leer. Pero además también es un buen vehículo para que el autor transmita de forma rápida y efectiva todo lo que ha querido poner en su obra. Por eso hay que cuidar muchísimo las portadas de los libros.

La portada de Las congregadas del vaso ha sido muy pensada y muy trabajada, y aunque es de líneas sencillas, evoca misterio, penumbra y tradiciones. Creo que está muy lograda.

—Tanto en Ladrón de espadas como en Las congregadas del vaso retrata la ciudad de Sevilla, con todo lujo de detalle. ¿Qué le inspira esta ciudad?

—Nací y vivo en Sevilla, una ciudad que por sí sola ya es un libro cuyas páginas son sus calles, sus monumentos, su gente, sus tradiciones, su gastronomía, etc.

Esta ciudad es una fuente inagotable de inspiración y de recursos literarios, así como de personajes.

Describir los ambientes y los lugares del lugar donde nací es para mí un honor y a la vez una satisfacción.

Pretendo conseguir con ello que otros puedan percibir a través de la lectura lo que yo veo a mi alrededor a diario. Espero haber conseguido transmitir esa magia.

—¿Dónde encuentra la inspiración para crear novelas como ésta?

—En todas partes. Soy una persona muy observadora, y donde voy capto matices que guardo en la memoria hasta que llega el momento de colocarlos en alguno de mis escritos.

Soy de los que piensan que la inspiración no es más que el fruto de un ejercicio mental sobre la información que constantemente nos llega de la propia vida. Hasta el más pequeño de los detalles se puede convertir en una gran historia si es desarrollado debidamente.

En concreto, respecto de Las congregadas del vaso, debo reconocer que durante muchos años estuve inmerso en el ambiente que recrea. Son muchas las experiencias y vivencias atesoradas, y eso me ha permitido construir esta novela.

—¿Cuánto tiempo le lleva escribir? ¿Se marca un horario de trabajo?

—En mi caso, ésa es una pregunta difícil de responder con certeza. Mi actividad profesional no es la literatura, a la que llegué por pura afición, por no decir que por puro vicio. Escribo a deshoras, cuando el trabajo y el cuidado de mi familia lo permiten, pero también es cierto que en todo momento tengo en la cabeza lo que estoy escribiendo, y a lo largo del día se me ocurren cosas que «archivo» para cuando me siente ante el ordenador a escribir.

Las congregadas del vaso es fruto de varios años de trabajo, pero sin embargo Ladrón de espadas me llevó sólo unos meses.

—¿Está barajando algún nuevo proyecto literario? ¿Podría darnos algunas pinceladas?

—De forma inminente, participo en un ambicioso y bonito proyecto consistente en un libro de relatos formado a base de escritos de distintos autores y que también saldrá a la luz con el sello de Aladena.

Como proyecto a medio plazo, estoy escribiendo una nueva novela que espero tener terminada a lo largo del presente año. Es difícil de clasificar, pero mezcla el género negro con las aventuras. Llevo escrito casi un tercio, por lo que aún puede sufrir muchos cambios. Transcurre en distintas partes del mundo, y se tocan los ritos y creencias de varias civilizaciones y religiones, lo que me está dando mucho trabajo en cuanto a documentación se refiere.

—¿Qué sueños le quedan por cumplir en el mundo literario?

—Muchos, pero probablemente el principal sea el conseguir que alguna de mis novelas de el salto a la gran pantalla. De hecho, las dos que tengo publicadas son muy visuales y cinematográficas, por lo que considero que podrían dar mucho de sí en el cine o en la televisión.

—Muchas gracias Miguel Ángel, por la atención. Suerte con la promoción de Las congregadas del vaso, que seguro será un éxito.

—Muchas gracias a vosotros por darme la oportunidad de hablar de mis trabajos.

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Miguel Ángel León AsueroMiguel Ángel León Asuero. nació en Sevilla (1963), concretamente en el barrio del Arenal, donde reside. Es abogado de un importante grupo de empresas y colaborador del Viceconsulado de Grecia en Sevilla, teniendo como gran afición la literatura.
Inició su carrera literaria con un thriller histórico, Las congregadas del vaso (Ed. Almuzara, 2005), ahora reeditada. Desde el año 2006 es Autor Destacado en la Web Literaria Anika Entre Libros, y en 2009 apadrinó la fundación de la Asociación Cultural malagueña «Mejor con un libro». En 2009 publicó Ladrón de espadas, su segunda novela.


Las congregadas del vaso ha sido publicada por Editorial Aladena - ISBN 978-84-92510-221 (Málaga, 2010).


• Artículo publicado en el n.º 51 (marzo-abril de 2010) de la Revista Almiar.



Sugerencias

portada nunca llueve sobre el sahara

Nunca llueve sobre el Sáhara (reseña del libro de relatos)

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Todo Bellón (entrevista al autor)


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    Revista Almiar (2001-2010)
    ISSN 1696-4807
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