Entrevista a

Vetusta Morla

por Guillermo Ortiz López

1.- ¿De dónde sale el título del disco, Un día en el mundo?

Un Día en el Mundo es también el título de una de las canciones del disco. Nos pareció apropiado para representar el conjunto porque creemos que es un rótulo muy cinematográfico. Lo cierto es que las canciones son como pequeñas escenas de una película sacadas de contexto, pequeñas narraciones ofrecidas en píldoras. Un Día en el Mundo, además, sugiere que el disco y los temas son un fragmento de una historia más amplia que tiene un prólogo y un epílogo, que no se conocen, pero que se pueden intuir. También, Un Día en el Mundo es un título que nos gusta porque sugiere al mismo tiempo algo cotidiano y algo épico. Eso tiene mucho que ver con la portada del disco en la que aparece un niño que salta entre dos bancos en un muelle junto al mar. El cielo y el mar son inmensos, inabarcables. Pero el niño no parece darse cuenta, está concentrado en su pequeña aventura del día, saltar de un banco a otro. Para otros será algo nimio, pero para él es su gran audacia del día, la odisea de esa jornada. En parte, editando este álbum, nos sentimos de un modo similar a ese niño.

2.- Nueve años para «debutar» en formato LP, ¿una cuestión de cuidado musical o de tapón en la industria?

Tampoco se puede decir que hayamos estado 9 años pensando en sacar un disco. Aunque siempre ha sido un sueño, como para cualquier banda, lo cierto es que sólo se ha presentado como un objetivo factible desde hace unos dos años. El resto del tiempo hemos hecho lo que, al final, resulta que es lo más importante, mucho más que las discusiones que podamos establecer respecto a la industria: componer canciones, tocar y vivir experiencias juntos. Construir un universo y un lenguaje que sintiéramos propio. Como una especie de cuartel general estético en el que nos refugiamos y, al mismo tiempo, invitamos a entrar a la audiencia. No vamos a negar que no hemos obtenido demasiado entusiasmo por parte de la industria, pero si me das a elegir entre esas dos opciones únicamente, la tardanza ha sido más bien por una cuestión de cuidado musical, más que por otras razones.

Vetusta Morla siluetas

3.- Al escucharos, uno cree adivinar una fuerte influencia de Radiohead, mezclado con Muse y Maga y cosas de The Kooks. ¿Qué otros grupos han sido importantes en vuestro crecimiento musical?

Las referencias que usamos a la hora de construir el concepto de Vetusta Morla son todas y ninguna. Me explico. Ninguna porque cuando uno compone no tiene en la cabeza (o al menos no debería tener) sonar como tal o cual artista que admira, si no más bien buscar un camino propio. Pero al mismo tiempo todas las cosas que has escuchado están en tu subconsciente cuando compones. No hemos inventado nada y no tenemos la osadía de pensar que partimos de una hoja en blanco. En ese sentido, artistas que seguramente están rondando nuestras neuronas cuando tocamos podrían ser desde The Beatles a Jeff Buckley, pasando por Wilco. De todos modos no nos gusta ser demasiado explícitos al respecto. Es verdad que cualquier banda que comienza está sometida a las comparaciones y es normal, y hasta divertido, que para explicar cómo suena un grupo que nadie conoce, se haga referencia a otros artistas anteriores. Pero preferimos que cada uno saque sus conclusiones y que sean otros los que establezcan esas influencias.

4.- El disco tiene un tono triste y ácido, en el que nada parece lo que es: actrices, putas, bufones, farsas, espejismos… ¿Es ese el universo de Vetusta Morla o, al contrario, es el universo «fuera» de Vetusta Morla?

Bueno, en realidad es el universo que nos ha tocado vivir. En ese sentido, nos gusta tomar cierta distancia y hablar de él como quien mira por el agujero y cuentaVetusta Morla 02 lo que hay al otro lado. Hay una actitud un poco cotilla en muchas de las canciones, incluso las que están escritas en primera persona. Queramos o no, todos formamos parte de ese mundo y lo que intercambiamos son los roles que jugamos en él. Puede que ésta sea la vertiente ácida a la que te refieres; aun así, creo que hay una rendija luminosa en el conjunto del disco. Nos gustaría servir de luz más que de caverna.

5.- En Valiente, se insiste en los conceptos de «disfraz», «función», «apuntador»… ¿quién apunta y quién representa en el mundo actual?

Cada vez existe una frontera más peligrosa en ese sentido, y precisamente son los que apuntan los que pretenden eliminarla, hacerla invisible y que no seamos conscientes de ella. Los apuntadores —una minoría— escriben los diálogos de los apuntados —la gran mayoría—, y eso genera realidades distorsionadas. Podemos aceptar que la vida sea una representación, está bien, pero quizás deberíamos pelear por el derecho a escribir nuestros propios diálogos.

6.- ¿Se pueden contar las mismas cosas en inglés que en castellano?

Seguro que sí, pero se nos da mejor el castellano. Dice el tópico que el alemán es el idioma de la filosofía, el francés el del amor y, necesariamente, el inglés es el del rock. Pues nosotros nos hemos decidido a filosofar en francés, a hacer el amor en alemán y a componer rock… ¡en castellano! No es una cuestión de patriotismo, simplemente es nuestro idioma materno y, por lo tanto, en el que mejor sabemos expresarnos. Es la lengua en la que tenemos capacidad para contar historias que tengan cierto nivel de sofisticación y cierta capacidad para estimular a quien las escucha, letras que no sean una colección de clichés sobados. En nuestra opinión, es algo que no se ve frecuentemente en España. En eso Sudamérica, especialmente Argentina, ha tenido una mayor tradición y capacidad para adaptar las estructuras del pop-rock a nuestro idioma. Nosotros también queríamos hacer un intento.

Vetusta Morla ensayando

7.- ¿Qué importancia tiene Internet en la difusión de nuevos talentos musicales?

La importancia de Internet en la difusión de nuevos artistas es cada vez mayor, sobre todo en lo que llaman web 2.0, portales como myspace o youtube que combinan la difusión cultural con las relaciones sociales y con la posibilidad de crear tus propios contenidos. Sin embargo, hay que ponerlo todo en su contexto porque los medios tradicionales siguen siendo muy importantes como líderes de opinión y sobre todo para llegar a gente que no esté directamente vinculada con la música. Al fin y al cabo, los que entran en Internet a descubrir cosas suelen ser melómanos y músicos. Lo mejor de Internet, a nuestro entender, son dos cosas: primera, que barre las fronteras geográficas y te permite llegar a una audiencia inalcanzable por otros medios. La segunda y más importante, que te permite hacer cosas por ti mismo, a poco que tengas mínimos conocimientos de manejo de las nuevas tecnologías. Puedes dar a conocer tu música, organizar conciertos y contactar con otros músicos. Eso es impagable porque puedes hacer que sucedan cosas, ponerte en movimiento, sortear la parálisis de los cauces convencionales y atender sólo a tu propio criterio.

8.- Habéis tocado en Líbano, el Sáhara, Italia, media España… ¿dónde os gustaría dar un concierto memorable?

A mí personalmente me encantaría volver a Beirut. Para nosotros fue un impacto ver en las noticias el inicio de la guerra en verano de 2006. Justo 2 años antes habíamos participado en el festival libanés Anti-Crise y, además de vivir una experiencia personal muy intensa, pudimos perdernos en la ciudad con sus cicatrices de guerra aún visibles y con su intento cotidiano por volver a la pacífica y próspera situación de antes de su guerra civil y de la primera invasión por parte de Israel. Uno no llega a conocer un país en 10 días, claro, pero por lo que vimos allí parecían cerca de lograrlo. Y entonces, otra vez, la guerra hizo aparición, las ruinas cayeron sobre las ruinas e incluso llegamos a temer por la seguridad de algunas de las personas que conocimos allí. Me encantaría hacer un concierto apoteósico en una ciudad de Beirut restaurada y libre de violencia. Tampoco estaría mal hacer uno al aire libre en Islandia con uno de esos volcanes submarinos al fondo o en uno de esos parajes que nos imaginamos cuando escuchamos a Sigur Ros.

9.- El CD viene acompañado de un DVD que incluye extras sobre la grabación del disco, dirigido por Guillermo Galván, uno de los miembros de la banda. ¿De qué manera completa este material a vuestra propuesta artística?

La canción número 13 es, en realidad, un intento de aproximación a todas las ganas y el trabajo que hay en este álbum. En realidad es un apunte, un segmento en todo el desarrollo del disco. Desde las primeras sesiones contamos con algunas cámaras que nos acompañaron por los distintos lugares de grabación. En principio iban a registrar material que más adelante nos sirviera de promoción. Sin embargo a medida que avanzaban las semanas nos dimos cuenta de que podían convertirse en algo parecido a un diario de a bordo. Es un pequeño regalo, tanto para nosotros como para quien compre el disco.

Vetusta Morla en concierto

10.- Durante estos años de «espera», aparte de trabajar en Vetusta Morla, prácticamente todos habéis colaborado en diversos proyectos —junto a Depedro, Emite Poqito…—, ¿qué se está cociendo en el circuito indie?, ¿quiénes serán los siguientes en dar el salto?

Tampoco es cuestión de jugar a adivinos y además la cantidad de bandas con talento que conocemos es enorme. Sólo echando un vistazo a la sección amigos de nuestro myspace puedes hacerte una idea. Sin menospreciar un ápice a los demás y por destacar un par de ellos, podemos citar a Depedro, el nuevo proyecto de Jairo Zavala que ha grabado un álbum precioso y muy elegante en Estados Unidos, junto a Calexico. Nos resulta muy sugerente la propuesta de Hyperpotamus que construye todas sus canciones sólo con la voz, grabando y reproduciendo en tiempo real bucles de sonido que se van superponiendo. Finalmente podemos mencionar a Nudozurdo que practican un rock oscuro y personal con una idea de las letras en castellano que nos encanta. Aparte de estos, existe todo un mundo en ebullición en el que están sucediendo muchas cosas interesantes.


Vetusta Morla ensayando 02

El pequeño salto mortal
de Vetusta Morla

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Guillermo Ortiz

Con la música española pasa algo parecido a lo que ocurre con el cine español: tendemos a sentir un pudor exagerado, como cuando un amigo cercano se emborracha y se pone a hacer el ridículo en público. Cosa que no nos ocurre cuando el borracho está en otra mesa, por ejemplo, en Hollywood. De ahí que ambos sectores se consideren en una continua crisis creativa cuando lo cierto es que no hacen más que salir nuevos talentos con registros variados y sorprendentes.

Pareciera que las sorpresas están reservadas a los grupos extranjeros, preferiblemente anglosajones: las primeras sensaciones al escuchar el OK Computer de Radiohead, Yours Truly de Kaiser Chiefs, el magnífico —aunque empalagoso— A rush of blood to the head de Coldplay o descubrir a Franz Ferdinand una mañana de otoño. Sin embargo, con los españoles estamos a la defensiva, esperando el momento en el que nos acabarán decepcionando. Prejuicios. Complejos.

Porque es obvio que aparte de La Oreja de Van Gogh, El Canto del Loco, David Bisbal o Melendi, por citar cuatro ejemplos de éxito comercial con estilos aparentemente distintos, la industria musical española tiene una profundidad extrema: Deluxe, Sidonie, The Sunday Drivers, Maga...

El primer disco de Vetusta Morla, Un día en el mundo, es un claro ejemplo de cómo un disco español puede apasionar desde el primer acorde. Estos seis chicos madrileños llevaban nueve años haciendo buenas canciones pero hasta ahora no se habían decidido a saltar al LP. Nueve años. Eso habla a las claras de lo difícil que lo tiene el talento para abrirse paso. Por supuesto, se trata de un producto autogestionado. Con la ayuda de Sonobox, pero bajo la vigilancia constante de los autores.

Las tres primeras canciones, Autocrítica, Sálvese quien pueda y Un día en el mundo son un perfecto ejemplo de lo que será el resto del disco: mezcla de tristeza ácida y revoltosa, ironía, cinismo, disfraces, actrices, putas y bufones... Una mirada melancólica al mundo y a uno mismo, con una potencia descomunal. Efectivamente, su sonido es totalmente anglosajón, de hecho, uno cree reconocer en distintas canciones a Radiohead, Franz Ferdinand, The Kooks o Muse, más muchos otros que seguro que nos dejamos en el camino, pero lo arrebatador es la facilidad para expresar ese mismo desencanto en castellano. Eso es inaudito.

Vetusta Morla no es un grupo más. No parece que tengan la intención de ser un grupo más. Es un grupo que cuida su música y sus letras, que sabe lo que quieren decir y que tienen el valor de empezar un primer disco con una canción llamada Autocrítica. Así, para empezar. Como emblema del grupo podríamos apelar a uno de sus pegadizos estribillos: «Ser valiente no sólo es cuestión de suerte».

Un día en el mundo es un disco que confunde, que se esconde y se muestra, que descoloca. La peculiar voz de Pucho ayuda mucho a ello. Puede no parecer un disco fácil. Desde luego no es un disco «facilón», entiéndanme. Pero basta con dejarse llevar en ese viaje por el planeta para disfrutarlo plenamente. Aparcar la melancolía y la tristeza, vencer el espejismo. Olvidar los complejos.

Música de primer nivel y eso no debería suponer una sorpresa.


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Las fotografías (©) de esta página fueron publicadas originalmente en la web de Vetusta Morla: http://www.vetustamorla.es/ (reproducción de las mismas autorizada para este artículo).

- Página web de Guillermo Ortiz: http://www.guilleortiz.com/


• Artículo publicado en Revista Almiar en el n.º 38 de febrero-marzo de 2008. Reeditado en abril de 2019.




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