Exlibris, búhos y Atenea
Es natural que los temas sobre los que tratan los exlibris sean tan variados como lo pueden ser los gustos de las personas, ya que estas obras de pequeño formato tienen un carácter esencialmente personalizado. No obstante, hay temas que por alguna razón proliferan mucho más que otros, como es el caso del relacionado con los búhos.
Y, nos podemos plantear, ¿por
qué hay tantos coleccionistas y artistas que eligen esa ave como parte de
la composición de su exlibris? Independientemente
de que haya quien lo haga simplemente porque le guste la imagen de esa rapaz
nocturna, la explicación la podemos encontrar en que este animal ha sido objeto
a lo largo del tiempo de una innumerable cantidad de leyendas, mitos y supersticiones
en todas las latitudes de nuestro planeta. Así, se cuenta que los pobladores
de la pequeña isla de Samoa, perdida en el Pacífico, se consideran descendientes
de un búho, se sabe que los antiguos chinos relacionaban a este animal con
el Yang, principio activo, símbolo de la claridad y, contrariamente, en el
antiguo Egipto se le consideraba como ave vinculada a la oscuridad y a la
muerte. |
El origen de la influencia más significativa del búho como tema de los exlibris en nuestro mundo occidental lo encontramos en la mitología griega, fuente inagotable de inspiración en todas las facetas del arte.
La sabia Atenea, una de las doce divinidades del Olimpo, a la que entre otras muchas cualidades se la considera como símbolo del amor a las letras y a las artes, tuvo al búho como animal preferido, de ahí que a esta ave la veamos tan representada en los exlibris, en los que se produce una simbiosis entre el arte y los libros. Por mi parte, soy de los que han adoptado al búho como tema principal de sus exlibris, con el que dispongo de varios ejemplares. También he abierto en Internet una galería de ex búhos en la que muestro todos los que voy recopilando, ya sea escaneándolos de su soporte en papel, ya sea recibiéndolos a través de correo electrónico, o bien, copiándolos de otros sitios de la red, con los que establezco un enlace. La galería dispone ya de casi trescientos ejemplares y está abierta a cualquier nueva aportación. Antes de acabar, me gustaría concretar que, si bien se denomina en general como búhos a todas estas aves de grandes ojos, y yo soy el primero que lo hago, hemos de ser conscientes de que esto es una incorrección, ya que, así como en la lengua inglesa sí es correcto nombrarlas owl de forma genérica, nuestro idioma es más rico en esta parcela y dispone de nombres diferenciados para las diferentes especies de estas rapaces, entre los que distinguiremos como más representativos el búho, propiamente dicho, que se caracteriza por sus dos penachos de plumas a modo de cuernos, la lechuza, con rostro circular como aplastado, plumaje suave amarillento y pecho blanco, y el mochuelo, más pequeño que los anteriores, con cabeza redondeada y lisa.
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Este último, el mochuelo, fue precisamente la auténtica ave compañera de la diosa Atenea, no en vano su nombre científico es Athene noctua, y su imagen ya fue impresa en el reverso de diversas monedas atenienses del siglo V a.c., principalmente tetradracmas, en cuyo anverso figuraba Palas Atenea. Y, una muestra de la consideración que todavía tienen en la Grecia actual por esa rapaz es la causa por la que han decidido que la misma imagen del mochuelo representada en los antiguos dracmas se haya vuelto a acuñar en el año 2002 en una de las monedas griegas del euro, la nueva divisa europea.
JOSÉ MANZANO
Página del autor: http://www.exlibrisexwebis.es/
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