Divertimento
Los bostezos son diestros
trapecistas. Suelen volar de boca en boca porque allí yace su pasatiempo favorito.
No tienen preferencia en boca particular alguna: ahora puedes verlos retozar en
una pequeña, incolora y sin sabor, y, un segundo después, en una gorda, roja y muy
apetitosa. Carecen de tácticas y estrategias. Sólo se dejan llevar por la brújula
de las emociones. A simple vista parecen una orquesta sinfónica rigurosamente ensamblada,
pero no pasan de ser un cuarteto alocado, alegre y absolutamente contagioso.
© Víctor Vegas
(2004) - Revista Almiar -
Volver a página
inicial