relato por
Gilmar Simões

 

A

ntonia nació en un pueblo perdido de la frontera. Su mundo estaba lleno de promesas, ninguna prometida o cumplida. Recordaba (o soñaba) que mientras daba sus estirones creía que la historia, sí, se repite, se transforma. O como resumía su abuela: no se detiene en los acontecimientos. Pero cuando levantó los ojos por encima de las gafas de carey, antes enfilados en la falda que le tricotaba, le dijo: no sigas el camino de tu madre. Ella no tuvo otra alternativa para hacer el movimiento contrario. Huyó de Bethel y se desprendió de la cola del furgón como una breva.

Era una de las mujeres del jefe Santay, del clan de los Corozo. Cierta noche él la amarró en el bosque al lado de una mina abandonada y la golpeó tanto que buceó en la oscuridad del futuro. Cuando fueron a socorrerla, cantó más limpio que un canario. No conocía la prudencia, tampoco se arrodilló. Se fue de paseo. Un lobo la llevó por el sendero más corto, hasta hoy. Pero Antonia, que el lobo no comió y que se desprendió del furgón, voló. Mendigó por tres años, o más, a base de pan y leche. Estuvo en la luna. Le dieron un espejo y vio el mundo doliente. Desde la oscuridad oía las trompetas. Parecían las de Jericó. Allí conoció a un soldado del ejército aspirante a amante. Tuvieron una niña y cuando lo trasladaron, la dejó a los cuidados de la abuela.

Luego, Antonia se acordó de quién era, intentó olvidarse y se desprendió, nuevamente. Pero el teniente, pendenciero, no satisfecho, la acusó. Sin embargo, la dueña del burdel que solo distinguía el vil metal, la traicionó. Tuvo que hacerse cargo de una deuda que nunca existió, del dinero que nunca vio, menos el color, y de un falso positivo que tuvo que soplar. Sopló tanto que le faltó el aire. Casi se ahoga en los vínculos, conexiones y secretos que nunca existieron. Si no tuviera experiencia en el arte del pendoneo, estaría en la cárcel hasta hoy. Pero el soborno por la excarcelación le produjo hematomas y violaciones.

Simplifiquemos: nació muerta.

 


 

Gilmar Simões

Gilmar Simões (1958). Escritor hispano-brasileño. Ha estudiado sociología. Reside en España desde 1992. Textos suyos han sido publicados en la revista Narrativas y han sido incluidos en Minotauro, antología de relatos breves, de Latin Heritage Foundation (Washington, EUA, 2011). Además ha publicado reseñas en Letralia y Almiar. Como fotógrafo autodidacta ha realizado diversas exposiciones, publicaciones y audiovisuales.

Contactar con el autor: pix_unga [at] yahoo.es

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Ilustración relato: Fotografía alojada en Pxhere [CCO Public Domain]

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Revista Almiar · n.º 100 · septiembre-octubre de 2018 · MARGEN CERO™

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