Alberto Marpez
En llamas
Fotografías
Desnudos nacemos, desnudos creamos vida, desnudos morimos. Una película de terror puede estremecernos, pero nunca al mismo grado que la simple imagen de un cuerpo destrozado, ensangrentado, desmembrado. Podemos ocupar horas filosofando sobre los misterios de la muerte, pero sólo la comprendemos cabalmente cuando nos toca el corazón frente al cadáver pálido de un ser amado. La pasión se vivencia recién en el momento en el que nos vemos a nosotros mismos a través de los ojos en llamas de nuestro amante. Ninguna obra de arte puede igualar la atracción que nos produce ver la geometría de placer de un excitante cuerpo desnudo y el perfume salvaje de su sexo.
El máximo horror y la más excelsa belleza nacen
desde nuestra piel. «Padre Nuestro que estás en el Cuerpo...». Dios nos expulsó del Paraíso y selló la entrada con Carne. Únicamente a través de la Carne seremos salvos. O condenados. Cada vez que hacemos el amor intentamos en vano penetrar nuevamente los portales del Edén para alcanzar sus misterios. Pero apenas durante algunos segundos podemos rasguñar un mínimo suspiro del éxtasis perdido. Entonces, vivir es sentir, crear, parir. O morir en el intento. Amén.
*NOTA:
En Margen
Cero mantenemos, en la medida de lo posible, los ficheros originales de las
publicaciones; en el caso de esta exposición la película de presentación de
la misma ha sido reeditada. Puede ocurrir que el vídeo de esta muestra no
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