Humor
en Almiar
Leyendas urbanas (II) A veces resulta difícil encontrar un tema; le das vueltas y vueltas en la cabeza tratando de ser original y de repente, sin comerlo ni beberlo, te das de bruces con lo que estabas buscando. Ayer entró en mi correo electrónico el mensaje que me enviaba un amigo todo alarmado; él a su vez lo había recibido de otro amigo que lo había recibido de otro, y éste de otro y así hasta llegar a un origen incierto y desconocido, pero que se afirmaba que era ni más ni menos que la Dirección General de Policía. En este mensaje se me avisaba que si, viajando durante el día me encontraba con un automóvil que venía de frente hacia mí con las luces encendidas, no le hiciera señales para que las apagara. El motivo no era otro sino la samaritana causa de avisarme sobre una prueba de iniciación de no sé qué banda que elegía así a su víctima para propiciar la iniciación y entrada de un nuevo miembro: a quien le hiciera señales se le seguiría hasta alcanzarle y asesinarle vilmente. Como quiera que todo el esquema de este episodio me recuerda lo que en su día traje a estas páginas sobre las leyendas urbanas (recordar pinchando aquí), no he podido resistirme a iniciar otra vez este tema, tras haber buscado algunas de las más «elocuentes», por llamarlas de alguna manera, que he podido encontrar. Vamos a ellas. Las copio en forma literal, tal y como han llegado a mi correo electrónico desde el correo de mi buen amigo Pedro Celestino, que se empeña en advertirme día tras días de los múltiples peligros que continuamente nos acechan. Advierto que a mí me parecen auténticas «milongas», pero que cada cual haga de su capa un sayo y saque consecuencias.
Bueno, estos estafadores no contaron con que yo utilizo una tarjeta recargable en la que nunca tengo un saldo superior a 5 €uros.
No obstante,
he podido comprobar que esa pretendida comunicación de «Dirección de Comunicación
Madrid», salvo error por mi parte y por parte de quien me atendió, no existe.
De hecho, ni existe la «Dirección de Comunicación Madrid». Creo que se comenta por sí mismo..., cualquiera es libre de hacer una prueba de las que se exponen y comprobar los resultados. Yo, para empezar, dudo mucho que los agentes de la «patrulla de Caminos» de EE.UU. se dediquen a limpiar la sangre de las carreteras...
Otra joyita,
por denominarla de algún modo, tal y como me llegó en su día: LA MARGARINA Y LA MANTEQUILLA La margarina fue producida originalmente para engordar a los pavos. Cuando lo que hizo en realidad fue matarlos, las personas que habían puesto el dinero para la investigación quisieron recobrarlo así que empezaron a pensar en una forma de hacerlo. Tenían una sustancia blanca que no tenía ningún atractivo como comestible así que le añadieron el color amarillo para vendérselo a la gente en lugar de la mantequilla. ¿Qué tal esa?... Ahora han sacado algunos nuevos sabores para vender más a los incautos como usted y yo. ¿CONOCE USTED... la diferencia entre la margarina y la mantequilla? Siga leyendo hasta el final... ¡porque se pone bastante interesante! Ambas tienen la misma cantidad de calorías. -La mantequilla es ligeramente más alta en grasas saturadas con 8 gramos, comparada con los 5 gramos que tiene la margarina. -Comer margarina en vez de mantequilla puede aumentar en 53% el riesgo de enfermedades coronarias en las mujeres, de acuerdo con un estudio médico reciente de la universidad de Harvard. -Comer mantequilla aumenta la absorción de gran cantidad de nutrientes que se encuentran en otros alimentos. -La mantequilla provee beneficios nutricionales propios mientras que la margarina tiene sólo los que le hayan sido añadidos al fabricarla. -La mantequilla sabe mucho mejor que la margarina y mejora el sabor de otros alimentos. -La mantequilla ha existido durante siglos mientras que la margarina tiene menos de 100 años. Ahora... sobre la margarina... -Es muy alta en ácidos grasos trans. -Triple riesgo de enfermedades coronarias. -Aumenta el colesterol total y el LDL (el colesterol malo) y disminuye el HDL (el colesterol bueno). -Aumenta en cinco veces el riesgo de cáncer. -Disminuye la calidad de la leche materna. -Disminuye la reacción inmunológica del organismo. -Disminuye la reacción a la insulina. Y he aquí el factor más inquietante. ¡¡¡AQUÍ ESTÁ LA PARTE MÁS INTERESANTE!!! ¡A la margarina le falta UNA MOLÉCULA para ser PLÁSTICO...! Sólo este hecho es suficiente para evitar el uso de la margarina de por vida y cualquier otra cosa que sea hidrogenada (esto significa que se le añade hidrógeno, lo cual cambia la estructura molecular de las substancias). Usted puede ensayar lo siguiente: Compre un poco de margarina y déjela en el garaje o en un sitio sombreado. Dentro de unos días notará dos cosas: * No habrá moscas; ni siquiera esos molestos bichos se le acercarán (esto ya le debe decir a usted algo). * No se pudre ni huele mal o diferente porque no tiene valor nutritivo; nada crece en ella. Ni siquiera los diminutos microorganismos pueden crecer en ella ¿porqué? Porque es casi plástico. ¿Usted derretiría su Tupperware y lo untaría sobre una tostada?
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ÚTIL. La siguiente leyenda urbana está mejor elaborada. Me recuerda a las fotocopias que circularon sobre la «sopa de cebolla», recomendada por los médicos endocrinos del Hospital Universitario La Paz, de Madrid. Allí se había colocado torpemente el logo de dicho hospital y luego se daba una dieta a base de comer cebolla y cebolla, toneladas de cebolla en sopa, para adelgazar. Dudo que se consiguiera algo más que una flatulencia y algo de anemia.
Bien, en
esta se han fundido los logos del Hospital del Niño Jesús y del Insalud (Instituto
para la Salud): El tema es inagotable, para ir cerrando, traigo una de una empleada de Correos en EE.UU. que pegaba sellos presuntamente recientemente recibidos de su Fábrica de Moneda y Timbre (o similar en EE.UU., que no sé cómo se denominará, pero que a buen seguro es un Organismo Federal) y vean, vean lo que pasó, pero sin perder de vista la ortografía y el estilo literario, además de los conocimientos científicos del autor o autora:
Cucarachas gomóvoras y anaerobias. Tal vez sea una mutación debida al cambio climático, o a alguna prueba atómica desconocida... Para cerrar, una leyenda urbana para niños malos que son muy curiosos. Ocurrió en Córdoba, España, y está completamente documentada en los archivos de la Dirección General de Policía. Tan documentada como las anteriores.
Allá va,
tal y como me llegó la traigo, con todas sus incongruencias y su escasez de
datos precisos (dirección, nombres, fechas...): Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro. Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido. Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Todas las noches la niña, que por su tamaño cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna. Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó sujetarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro. La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo; «Por favor...socorro...sacadme de aquí...».
Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos
que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que
siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro
de una loseta... Lo dicho: que cada cual piense lo que crea oportuno. Yo solamente soy el emisario, que nadie la emprenda contra mí. Que pasen ustedes buen día y que siga la mejoría.
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